“Tenemos que ser proactivos y hacernos cargo de los temas antes de que se produzcan y no sólo reaccionar frente a los mismos”. Así de claro es el mensaje que el empresario Gonzalo Said lanza a los líderes del sector privado en tiempos de desconfianza y bajas expectativas.
En esta entrevista el consejero de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) prefiere no hablar de su posible opción de convertirse en el próximo líder del gremio, pero sí de su quehacer como presidente de Fundación Generación Empresarial. Desde esa vereda detalla que en el 2016 vio la luz una herramienta de autodiagnóstico en mejores prácticas para las empresas y que este año se pondrá en marcha un canal de denuncias para pymes que les permitirá contar con una línea anónima y con altos estándares de seguridad. Y remata: “En el ámbito de ética empresarial se siembra mucho y la cosecha tarda bastante, pero llega”.
- ¿Cómo evalúa el 2016 en materia política y económica, y cómo se viene el 2017?
- El 2016 fue un año desalentador económica y políticamente, ya que puso en riesgo las cualidades que han diferenciado positivamente a Chile en las últimas décadas, entre ellas el crecimiento económico sostenido. Se puso en jaque la confianza, que es el sustento de cualquier sociedad saludable, próspera y sólida. Todo esto ha hecho que la reactivación económica tarde más de lo necesario. Tengo la esperanza de que este año seamos capaces de visualizar más claramente estos riesgos, de reconocerlos y encararlos en cada acción. Finalmente, la tarea de hacerles frente es de todos: es una misión país la que tenemos. Solo así tendremos un año político y económico más alentador.
- ¿Se ha disipado en algo la incertidumbre?
- La incertidumbre es un elemento que siempre está presente en la economía. Lo importante es tener el necesario cuidado para que nuestras acciones no la incrementen. A nivel local, veo que esa convicción se ha estado asentando, lo que es una buena noticia. A nivel externo, particularmente a partir de los cambios políticos que vendrán y podrían venir, hay bastantes preguntas que se abren y las respuestas sólo vendrán con el tiempo.
- ¿Y el ministro de Hacienda ha ejecutado medidas suficientes para reactivar el crecimiento?
- El ministro Valdés ha hecho una buena labor dentro de lo que ha podido construir. No debe ser fácil manejarse en la actual situación y veo difícil que otra persona lo hubiese hecho mejor en su lugar. Ahora bien, el gobierno en su conjunto pudo y puede hacer más para reactivar el crecimiento. Y esto requiere que los espacios y herramientas con que cuenta el ministro sean ampliados.
- La reforma laboral está ad portas de su entrada en vigencia. ¿Se debe apostar por una ley adecuatoria?
- Los efectos reales de la reforma no los vamos a conocer hasta su implementación. La Dirección del Trabajo ha tenido y seguirá teniendo la tarea de volcar a la práctica lo que dice la nueva ley. Es muy probable que un futuro gobierno tenga que revisitar el tema, pero lo más importante es que tengamos altos índices de empleo y que la conflictividad no sea impulsada artificialmente por la ley.
- ¿Cuáles son las prioridades que debiera tener el gobierno en lo que resta del período?
- Debiera devolver la prioridad y el foco al crecimiento económico del país como pilar principal. Crecer todo lo que se pueda y comprometer las finanzas futuras del Estado lo menos posible. Ese es el mejor legado que podría dejar.
- ¿Cuáles son los desafíos que tienen los líderes empresariales en un año marcado por las elecciones presidenciales?
- El diálogo y las propuestas abocadas al bien común deben ser el corazón de la acción de los líderes empresariales en este año eleccionario y siempre. Lo que quiero decir es que no deben enfocarse sólo en las posibles candidaturas sino en el sentir profundo de la ciudadanía. Hay que acercarse más a la gente y con más humildad. Como decimos en Generación Empresarial, abandonar la torre de marfil de una vez por todas y sumergirse en el mundo real. Hay que ganarse los espacios en la discusión como un actor más y disputar los corazones de los chilenos para que no sean atrapados por propuestas populistas o dañinas que nos perjudican a todos. Para eso debemos ser consistentes entre lo que decimos y hacemos. El trabajo realizado debe ser honesto y transparente.
- ¿Y hay algo que pueda hacer hoy el empresariado para mejorar las expectativas?
- Claro que sí, siempre se puede hacer más para mejorar las expectativas y recuperar la confianza. Requerimos de un lenguaje más sencillo, tendemos a hablar en difícil y finalmente nadie o muy pocos nos entienden. Asimismo, debemos innovar y participar en las redes sociales, ser parte de los foros y discusiones más complejos. Tenemos que ser más humildes, acercarnos más a nuestros colaboradores, así como al resto de los públicos de interés sin los cuales la empresa no sería posible.
Nos hemos distanciado mucho, nos hemos encerrado en un pequeño mundo, lleno de números, objetivos, metas y preocupaciones. No podemos olvidarnos que la empresa es un ente social y tenemos un rol muy importante que cumplir en ese sentido. Por años, en Chile la empresa ha aportado con fuerza al bienestar de los chilenos y no podemos perder de vista esa misión: el bien común.
- El próximo líder de la CPC, Alfredo Moreno, se ha propuesto reconstruir las confianzas. ¿Cómo se logra esto desde los gremios?
- El diálogo honesto, humilde y transparente es el mejor camino para recomponer confianzas. No hay nada como una conversación cara a cara, para que seamos capaces de ponernos en el lugar del otro y comprender mucho mejor los anhelos, temores y frustraciones que cada uno pueda tener. Así lograremos ser actores sociales en la tarea conjunta de la construcción de un mejor país para todos.
- ¿Qué le parecen las propuestas previsionales de la CPC? ¿Ve factible alcanzar un acuerdo nacional?
- Siento que fueron un gran aporte a la discusión y espero ayuden para generar consensos en torno al sistema de pensiones. Es importante que este trabajo se haga en forma seria y profesional y no con apuros que pueden terminar en malas propuestas. Con las pensiones no se puede jugar.
- ¿Cómo calificaría la relación gobierno-empresariado?
- No es una relación perfecta, como ninguna relación lo es. La historia reciente ha sido muy frustrante y desalentadora, lo que ha hecho que la comunicación haya perdido fluidez. Sin embargo, afortunadamente, aún existe un respeto mutuo que nos impulsa a seguir intentando crear agendas compartidas, orientadas al bien común. La colaboración público- privada es una condición sin la cual el desarrollo de Chile no se logrará en plenitud. Ambos ámbitos son fundamentales para el país.
"En lo que se pone en juego el prestigio es en la capacidad de reconocer errores"
- ¿Cuánto impactan en la confianza los últimos escándalos de colusión y de financiamiento irregular de la política?
- La confianza no es un concepto aislado sino que nace de las relaciones entre todos. Entonces, cuando hay desilusiones -y los casos en cuestión han sido una gran desilusión para todos- las confianzas sufren un impacto. La mejor respuesta posible es fortalecer el diálogo entre las empresas, la ciudadanía, las autoridades, tanto para reconstruir confianzas perdidas como para forjar nuevas.
- ¿Pero Chile ha perdido prestigio internacional por estos escándalos?
- Todos podemos caer. Lo importante, y en lo que realmente se pone en juego parte de nuestro prestigio como país, es en nuestra capacidad de reconocer los errores, aprender de ellos y levantarnos con mayor disposición a hacer las cosas bien. Debemos ser capaces de comprender adecuadamente los desafíos humanos, culturales e institucionales que este tipo de casos representan para todas las empresas y el país. Y luego, si respondemos a ellos mediante la adaptación de nuestras culturas corporativas, apoyadas por la implementación de mejores prácticas con una real perspectiva de bien común -a lo que nos dedicamos en Generación Empresarial-, no tengo dudas de que al final del día el prestigio de Chile a nivel internacional se verá fortalecido.
- ¿Han notado cambios en las empresas? ¿Hay un mensaje que aún no es asimilado?
- De los últimos años a esta parte, en Generación Empresarial vemos cada vez más convicción sobre la necesidad de preocuparse de la ética en las organizaciones, con conciencia del rol social que cumple la empresa. Esa convicción viene de donde es más importante, que es desde los gobiernos corporativos. Eso es prácticamente universal en las grandes empresas y cada vez está más presente en las medianas. Donde existen muchas dudas aún es en el tipo de políticas que son las más adecuadas para los desafíos de cada empresa en particular.
En cuanto al mensaje que aún no se logra asimilar por parte de los ejecutivos, diría que el compliance -al que se le da mucha importancia- es fundamental y necesario, pero no suficiente. Se requiere un liderazgo con sentido de misión que inspire a la organización a actuar en base a valores, a través de un programa sistemático que tenga por principios fundamentales la dignidad de las personas y el bien común. Si las personas de la organización no entienden el impacto de sus decisiones en otros, es muy difícil que un programa de cumplimiento logre elevar los estándares éticos de la empresa en su conjunto. Un mensaje importante es que los desafíos son, antes que nada, culturales.
Elecciones presidenciales: "Apuntemos a una discusión política de cabezas frías"
Con "mucha expectación" dice estar mirando Gonzalo Said la ya desatada carrera presidencial. Eso sí, advierte que es muy temprano para aventurarse a sacar conclusiones, ya que aún falta ver los programas y propuestas de los candidatos. "Lo que sí debe terminar es la campaña sucia", dice. Y agrega: "Espero que apuntemos a una discusión política de cabezas frías y propuestas serias, más humanas y centradas más en el bien de todos que en las agendas propias".
- ¿Los candidatos deben priorizar el crecimiento como eje de sus agendas?
- El crecimiento económico debiera estar entre los objetivos de todo programa de gobierno y gestión presidencial. Es uno de los principales motores para todas las demás ideas y proyectos que pueda haber. No debiera ser el único fin, pero cuando el crecimiento falla, todos los demás fines se vuelven más difíciles y lejanos.
- ¿Cómo se sale de este ciclo de bajo crecimiento?
- Trabajando juntos. Con colaboración tanto público-privada como ciudadano-empresarial. Con agendas comunes, complementando nuestras habilidades y fortalezas al tiempo que compensamos nuestras debilidades. Si Chile entero está convencido de la necesidad de crecer, nada podrá interponerse en que lo hagamos, mientras estemos unidos.
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