Gobierno

La derrota de los ganadores frente al triunfo de los perdedores

Luego de que Bachelet no cumpliera su expectativa, renació el ánimo en el comando de Matthei, aunque la distancia es tal, que no se esperan sorpresas en una contienda que se percibe dura.

Por: Por Blanca Arthur | Publicado: Lunes 18 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Imagen foto_00000003Fue un triunfo con sabor a derrota frente a una derrota con sabor a triunfo. Es que mientras la candidatura de Michelle Bachelet no logró imponerse en la primera vuelta como lo esperaban, Evelyn Matthei sí consiguió la meta de medirse en el balotaje.

Pero tanto la decepción que se percibió en la dirigencia opositora, como el triunfalismo en la Alianza, se relacionan más bien con el cumplimiento o no de las expectativas que con lo que indican los resultados.

Como todos los últimos pronósticos opositores indicaban que su abanderada presidencial arrasaría, encumbrándose sin problemas por sobre el 50%, no haberlo alcanzado produjo una explicable frustración, mientras que frente a la sensación de derrota que había en el oficialismo, pasar a la segunda vuelta, al menos cambió el ánimo.

Pero aun cuando efectivamente la elección se definirá en un mes más, la diferencia de 20 puntos entre las dos candidatas que deberán confrontarse, es lo suficientemente amplia como para imaginar que pueda ser peleada como todas las anteriores contiendas en que la presidencial se definió en un balotaje.

Con el porcentaje obtenido, Bachelet sabe que es poco lo que requiere para imponerse en diciembre, tal como lo planteó en su discurso en el que de inmediato intentó superar la sensación de fracaso, al proclamar con entusiasmo que habían obtenido un gran triunfo, en que la inmensa mayoría se había pronunciado por las propuestas de cambio que ella encarna.

Con todo, el optimismo se apoderó del comando de la candidata de la Alianza. No es que desconozcan que la situación es complicada, desde el momento en que el resultado es exiguo, porque dista del obtenido por la derecha en todas las últimas elecciones, pero el ánimo se explica, en parte, por la expectativa de que en el balotaje lograrían acercarse a los 40 puntos, lo que alejaría el fantasma de una debacle.

Como quedó demostrado en los discursos que ambas candidatas pronunciaron prácticamente de manera simultánea anoche, la disputa que protagonizarán estará centrada en las diferencias que tienen en términos de propuestas, las que no son pocas, lo que augura un debate de ideas que fue prácticamente imposible por la participación inédita de un record de candidatos.

En esa confrontación, es cierto que Bachelet correrá con ventaja si se considera que son más los electores que se inclinaron por candidaturas que proponían cambios importantes. De hecho, ella tiene hacia dónde crecer con los electores de Marco Enríquez-Ominami o Marcel Claude, más allá de que los candidatos no asumieran ningún compromiso explícito de llamar a apoyarla. Incluso la propia abanderada se mostró tan segura que ni siquiera hizo un llamado a que la respalden, porque parte de la base que nunca se inclinarían por una opción de derecha.

Distinta es la situación de Matthei, que no puede apelar a los electores de ninguno de los otros candidatos, porque si bien los únicos que podrían haber sido más cercanos a ella eran los de Franco Parisi, los que difícilmente lo harán después de la disputa que se generó entre ambos tras las acusaciones de la presidenciable oficialista. Frente a este escenario, su apuesta, como lo sugirió claramente en su discurso, será apelar a los sectores moderados, en la idea de atraer a quienes pudieran percibir que las transformaciones profundas que propone su contendora puedan ser riesgosas. Imagen foto_00000004

La incidencia de las parlamentarias


En la contienda que se pronostica para la confrontación Bachelet-Matthei para la segunda vuelta de diciembre, necesariamente estará presente lo ocurrido en las parlamentarias que sí quedaron definidas anoche.

Es cierto que, como lo destacó Bachelet, el pacto opositor logró una amplia mayoría, pero tampoco cumplió con todas las expectativas que tenían en cuanto a obtener los doblajes suficientes tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados, para imponer su programa, al menos en aquellas materias que requieren altos quórums, comenzando por los cambios constitucionales e incluso para la reforma educacional.

Con un Congreso en que la Alianza podrá actuar como contrapeso, es posible que la candidata de la Nueva Mayoría se juegue con un discurso que –como lo hizo anoche- enfatice la necesidad de reformas, de manera de imponerse en el balotaje por un margen tan amplio que le otorgue la fuerza necesaria para forzar a la derecha a no resistirse a los cambios.

Por el lado de Matthei, posiblemente ella apele a que los resultados parlamentarios de su sector, que fueron menos malos de lo que se calculaba, son una muestra de que el país no adhiere como presumen sus contrincantes, a las transformaciones profundas de un modelo que estima exitoso, por lo que intentará contrastar con esa base los planteamientos de su contendora.

Este panorama estaría augurando, finalmente, que la lucha que se inicia no necesariamente tenderá a la moderación como presumen algunos, sino por el contrario, que la disputa será dura.

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