- ¿Cuál es su lectura del cambio de gabinete?
- Está en el marco de lo esperado. Yo separaría dos aristas: una relativa a la responsabilidad política por el conflicto en el Servicio Electoral, donde está la salida de Javiera Blanco; y otra es la salida de Máximo Pacheco, para irse a la campaña del presidente Lagos, que explicita la decisión del ex mandatario de llegar hasta el final en la carrera presidencial. Si habrá o no un nuevo cambio de gabinete dependerá de si algún ministro quiere ser candidato.
- ¿Qué le parece el cambio antes de una elección?
- No recuerdo que haya ocurrido antes. Un cambio de gabinete lo esperaba después de las elecciones municipales, pero la presión de los partidos de la Nueva Mayoría por las responsabilidades políticas por el caso Servel fue muy fuerte y la Presidenta tomó una decisión acertada.
- Pero en la polémica por el padrón estaban también involucrados Mario Fernández y Nicolás Eyzaguirre.
- Los presidentes evalúan y después deciden. Y la Presidenta tomó una decisión.
- Con la salida de Pacheco, ¿el gobierno concluye su administración?
- No iría tan lejos por ahora. El tema principal es que a la campaña de Lagos llega Pacheco, el mejor de los ministros desde el punto de vista de la opinión pública informada. Ahora, eso tiene complejidades para la NM. El desafío de Lagos es cómo mantener la amplitud del bloque, que va desde Jorge Burgos hasta Camila Vallejo. Y siendo Pacheco una persona que se vincula y tiene una buena relación con el mundo empresarial, a Lagos le podría faltar la otra parte. Ahora, al afirmar que fue positiva la incorporación del Partido Comunista a la Nueva Mayoría entrega señales a ese sector.
- Cómo quedan las otras candidaturas, cuando Lagos ya está armando su equipo.
- Lagos pasó a la ofensiva y el que tiene que responder es Alejandro Guillier. El hecho noticioso, aparte de la salida de Blanco, es Pacheco. Lo de Blanco se esperaba, pero lo de Pacheco fue totalmente sorpresivo y se robó la pantalla.
- ¿Qué impacto tiene esto en el PS?
- Lo complica por los liderazgos que compiten. Cuando un ministro destacado se va a la campaña de Lagos, eso presiona al PS a tomar definiciones. Y en el Partido Socialista no son pocos los que simpatizan con el presidente Lagos.