Jorge Hermann, economista y director de Hermann Consultores: “La reforma tributaria sigue siendo anti inversión, los cambios son periféricos”
El experto representa al diputado RN Miguel Mellado en la mesa de negociación de los parlamentarios con los asesores de Hacienda
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Una crítica visión de las negociaciones en la mesa técnica entre asesores de parlamentarios y Hacienda por la reforma tributaria tiene el economista Jorge Hermann.
El director de Hermann Consultores representa al diputado RN Miguel Mellado en la instancia, que hoy tendrá una reunión clave de cara a la presentación de las indicaciones en las próximas semanas.
“¿Hay otras formas de aumentar la recaudación? Sí, fomentando el crecimiento económico con una agenda robusta de impulso competitivo, o haciendo más eficiente el gasto público”.
- ¿En qué puntos hay acuerdo y en cuáles se ve más difícil llegar a consenso?
- La mesa de trabajo es básicamente para que en la discusión en particular los diputados no digan que no han sido escuchados. Pero en general en esas reuniones nosotros tocamos temas de fondo, pero me da la impresión de que ellos están dispuestos a hacer modificaciones en los bordes y no en el fondo.
- ¿Cuáles son esos temas de fondo?
- Por ejemplo, el impuesto al patrimonio y a las utilidades retenidas, o la reducción a un 50% de las pérdidas de arrastre. Ellos no están dispuestos a meterse en el fondo de eso, sino que en cambios periféricos.
- La tesis del gobierno es que sí o sí hay que avanzar en mayor progresividad del sistema. En eso uno percibe un acuerdo transversal.
- Sí, pero el punto es a costa de qué, de generar una reforma tributaria que es anti inversión, que va a afectar el empleo y, por ende, el crecimiento económico.
¿Hay otras formas de aumentar la recaudación? Sí, fomentando el crecimiento económico con una agenda robusta de impulso competitivo, o haciendo más eficiente el gasto público.
- ¿Cómo queda la reforma después de las indicaciones, logra incentivar la inversión?
- No, la reforma sigue quedando anti inversión porque los cambios que se están haciendo son periféricos.
De alguna manera se produce algo paradójico, porque en la agenda pro inversión el gobierno plantea dos modificaciones: aumenta la tasa del impuesto a las utilidades retenidas y disminuye la base imponible. Y por otro lado, modifica la gradualidad en la restricción al uso de las pérdidas tributarias de arrastre.
Entonces, al modificar estas dos cosas el gobierno está dando a entender en su agenda pro inversión que estas dos medidas de la reforma tributaria son anti inversión. Por algo las están posponiendo en su uso en el tiempo.
- ¿Qué falta para que la reforma sea más pro inversión?
- Ahí entra el tema del impuesto a las utilidades retenidas, ya que afecta de forma relevante la inversión. ¿Por qué? Porque son ahorros que tienen las sociedades de inversión muchas veces, que canalizan a través del mercado financiero y que a través de la intermediación financiera terminan en el financiamiento para proyectos de inversión o de capital de trabajo de otros terceros. Con el impuesto se le quita una tajada a esos recursos, disminuyendo el ahorro de las empresas. Ahí sería mejor proponer una tasa de interés promedio de los últimos seis meses, por ejemplo, del bono del Banco Central en UF a 10 años con un tope, en lugar de una tasa fija de 2,5%.
Otro tema relevante de postergar es el tema de las pérdidas de arrastre, porque cambiar del 100% a 50% puede llevar a que un proyecto de inversión que fue evaluado rentablemente afecta el valor actual neto de los proyectos, lo que te puede llevar a que pase de una rentabilidad positiva a una negativa y, por ende, no sea recomendable llevarlo a cabo.
Luego está el impuesto al patrimonio, donde en la actualidad en Chile ya se aplican impuestos a las rentas del capital o la rentabilidad del patrimonio. Y el gobierno no solo quiere aplicar impuesto a la rentabilidad, sino también por el stock.
- Pero también hay incentivos, como la tasa de desarrollo de 2% por gasto en I+D.
- No hay que condicionar la rebaja del impuesto corporativo de 27% a 25%, sino más bien llevar la tasa al 25% para que se acerque al promedio OCDE. No es recomendable usar el impuesto corporativo para incentivar el gasto en I+D porque ya hay un subsidio tributario en esa línea y que podría fortalecerse aún más.
También creo que la postergación del alza del impuesto corporativo para las Pymes debiera ser más permanente, al igual que avanzar hacia una depreciación instantánea, hasta que la inversión muestre una recuperación de un crecimiento en torno al 4,5% anual, no ponerle una temporalidad como hoy.