Intensa fue la jornada de ayer para el ministro de Hacienda Alberto Arenas. Empecinado en ampliar un acuerdo para legitimar la reforma tributaria, se reunió durante la mañana con los senadores de la comisión de Hacienda del Senado, Ricardo Lagos Weber (PPD), Andrés Zaldívar (DC) y Carlos Montes (PS); y a mediodía participó del tradicional almuerzo que incluye a los diputados de la comisión de Hacienda de la Nueva Mayoría para notificarlos de los cambios que se le harán al proyecto y del acuerdo que se quiere lograr con RN y la UDI.
Más tarde, cerca de las 18:30 horas, los senadores opositores miembros de la comisión de Hacienda, José García Ruminot (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI), llegaron hasta el despacho del personero con la intención de firmar el acuerdo. Sin embargo, aspectos formales y de precisión de los cambios a realizar impidieron la firma entre la oposición y el gobierno.
El protocolo -de cinco páginas de extensión- aborda aspectos que van desde el incentivo a las PYME, tributos a alcoholes, timbres y estampillas, renta atribuida voluntaria, y las tasas que se aplicarán a las utilidades reinvertidas y retiradas. Estos dos últimos puntos son los que siguen generando dudas entre los senadores de oposición. Particularmente, el nivel de la tasa que se aplicaría para las utilidades reinvertidas y el impuesto de primera categoría siguen sin convencer a la oposición.
Una opción es aplicar la tasa promedio de los últimos 20 años, que llega a 16,5%, mientras que otras propuestas hablan de gravar con una tasa entre 26% y 27% las utilidades reinvertidas.
Todo debería quedar zanjado hoy en la tarde en el marco de las negociaciones en el Congreso. Según García Ruminot, “a más tardar” a las 17 horas de hoy quedaría pactado el “gran acuerdo nacional” por la reforma.
El inicio del cambio
Este nuevo escenario se comenzó a cimentar a comienzos de junio, cuando Hacienda se abrió a realizar perfecciones al proyecto. En ese momento, casi de forma paralela se reunió con representantes de RN y la UDI para acercar posiciones. Según fuentes de gobierno, este nuevo trato hacia la reforma tenía por objetivo recaudar US$ 8.200 millones lo más pronto posible, pero a la vez con un apoyo más allá de la Nueva Mayoría, ya que los recursos se requieren no sólo para financiar la reforma educacional, sino también cumplir con la meta de converger al balance estructural en 2018.
“También, el gobierno debe enviar una señal de tranquilidad a los empresarios, en particular por la fuerte desaceleración de la economía. Eso explica parte de la mayor apertura de Hacienda”, dice una fuente cercana a las tratativas.
La operación al corazón
En la reunión de la mañana -que se prolongó por cerca de dos horas-, se comenzó a afinar la intervención al corazón de la reforma, ya que dentro de las modificaciones se establecería que la renta atribuida sea voluntaria, mientras que también se aplicaría una tasa de impuesto diferenciada tanto para las utilidades reinvertidas como las retiradas.
La renta atribuida fue uno de los temas más criticados por gran parte de los expositores que asistieron al Senado. Tantas fueron las dudas que generaba este nuevo concepto que ni la presentación del director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Michael Jorratt, logró aplacar las dudas de implementación del nuevo sistema. Para evitar cualquier traspié tanto operacional como constitucional, el Ejecutivo habría acordado dejar de insistir con la obligatoriedad del régimen.
Otro de los cuestionamientos compartido por varios actores era la falta de estímulos para el ahorro y la inversión que tenía el proyecto de ley. Si bien en un primer momento, el Ejecutivo no se mostró abierto a realizar algún ajuste mayor, lo cierto es que el cambio de escenario llevó a Hacienda a flexibilizar su postura.
“El debate para alcanzar el acuerdo se ha centrado en la aplicación de la renta atribuida y los incentivos a la reinversión. En ambos temas se ha avanzado bastante. Renta atribuida se mantendrá, pero habrá distintos mecanismos para resolverlo y en relación a la reinversión se está buscando mecanismos”, dijo Montes, quien precisó que “es probable que la renta atribuida sea voluntaria y que se establezcan tasas de impuestos diferenciados para utilidades reinvertidas y retiradas”. Añadió que “lo que falta son los cálculos técnicos para que cuadre la recaudación”.
Zaldívar acotó que “estamos afinando alguna fórmula para despachar el proyecto. Antes del miércoles tendremos un planteamiento claro de las modificaciones”.
Lagos Weber señaló que “se sigue conversando para salvaguardar lo fundamental del proyecto, que es recaudar US$ 8.200 millones para financiar la reforma educacional. Todavía no hay un acuerdo definitivo, pero lo importante es que esta reforma tributaria cuente con un apoyo más amplio que la Nueva Mayoría. Estamos en un 90% de acuerdo”.
Los otros cambios
En la reunión-almuerzo se les notificó a los diputados el acuerdo que el gobierno quería alcanzar con RN y las indicaciones que se iban a realizar al proyecto, entre las que se cuentan renta presunta, IVA a la construcción, timbres y estampillas, ampliar el 14 ter y establecer una devolución del impuesto a quienes trabajen con vehículos diesel, entre otros. También, se analizaría la posibilidad de eliminar el impuesto a fuentes fijas que generen electricidad amigable con el medioambiente como la biomasa; corregir el impuesto al tabaco y ampliar el impuesto al azúcar más allá de las bebidas.
Sin embargo, los cambios en renta atribuida y diferenciación de tasas generaron discrepancias al interior de la Nueva Mayoría. “Estos instrumentos que buscan fomentar el ahorro y la inversión podrían implicar cambios en la forma en que se elimina el FUT y en que se aplica la renta atribuida”, criticó el diputado Sergio Aguiló.
El diputado Pablo Lorenzinni (DC) se retiró molesto del encuentro, ya que a su juicio se pasó a llevar el acuerdo que se logró en la Cámara de Diputados. “La verdad estoy desilusionado, porque me doy cuenta de que el gobierno ya llegó a un acuerdo con Renovación Nacional. También estaría casi listo un acuerdo con la UDI y de esta manera una gran reforma queda como una reformita”.