Concertación: de la negativa al diálogo directo con Hacienda

Hace una semana, el diputado Carlos Montes (PS) fue claro: “No voy a votar a favor en general de esta reforma por su poca significación en término tanto de carga tributaria como en corregir desigualdades”.

De esta forma, daba una señal potente al gobierno (es probablemente el parlamentario de la Concertación más respetado en materia fiscal) respecto a que la tramitación del proyecto enviado por el Ejecutivo no sería del todo fácil en el Congreso.

Por ello, en la última semana el diálogo político entre ambos bloques se ha intensificado.

Es que las propuestas del gobierno y de la Concertación presentadas hace ya un par de meses difieren en casi todos los aspectos.

Mientras el gobierno espera recaudar un rango de entre 
US$ 700 millones y US$ 1.000 millones con el proyecto, la propuesta de la Concertación, que fue coordinada por el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), contempla recaudar entre 
US$ 6 mil millones y 
US$ 8 mil millones que equivalen a entre 3 y 4 puntos del PIB.

Además, aumenta la cantidad de personas exentas de pagar el impuesto a la renta.

En el caso de los autos particulares la propuesta reduce de 
6 UTM/m3 a 4 UTM/m3 el impuesto específico a la gasolina.

Además, se plantea subir la tasa del impuesto de primera categoría a las empresas a un 20%, eliminar la Renta Presunta, lo que todas las actividades
tributen en base a renta devengada efectiva, pero con una aplicación gradual, reduciendo en forma paulatina el máximo de ventas que puede tener
una empresa para acogerse a este beneficio.

Finalmente, otra de las propuestas polémicas apunta a extinguir gradualmente el crédito tributario asociado al Fondo de Utilidades Tributables (FUT).