Hasta hace poco tiempo atrás en el sector
exportador sólo se hablaba de las exportaciones de mercancías (bienes físicos
que cruzan las fronteras y las aduanas de los países), pero poco a poco se ha
ido instalando y reconociendo la importancia y las posibilidades de Chile en las
exportaciones de servicios o intangibles.
Las exportaciones de servicios transfronterizas
que registra el Banco Central en su cuenta de Balanza de Pagos superaron los US$
8.700 millones en 2007, consolidando un crecimiento anual del 10% en los últimos
ocho años.
Si a estas cifras se le adicionan las ventas de servicios a través de
filiales en el exterior, que según estimaciones de la CCS superan los US$ 7.000
millones, las exportaciones totales de servicios chilenos se sitúan por sobre
los US$ 15.000 millones.
En el primer trimestre de 2008, en tanto, las
exportaciones transfronterizas de servicios aumentaron un 17% con relación a
igual período del año anterior, llegando a US$ 2.550 millones.
El sector transporte continúa a la cabeza como
el rubro de mayor importancia entre los envíos de servicios, con más de US$
5.000 millones en el año 2007. Pese a ello, los servicios no tradicionales (que
incluyen los servicios a las empresas, servicios profesionales, ingeniería e
informática, entre otros), se consolidan en la segunda posición, superando los
US$ 2.200 millones.
Las exportaciones de servicios no tradicionales han crecido un 10% anual en el período en estudio y destacan en este rubro las
ventas de "otros servicios empresariales" que incluyen los servicios de back
office, ingeniería, consultorías, entre otros, así como también las comisiones
por compraventas.
Tareas pendientes
Las exportaciones de servicios nacionales se han
venido desarrollando en un clima adverso. Si bien existe consenso sobre su
importancia y la necesidad de impulsarlas, aún se mantienen una serie de
barreras o "lomos de toro" que tienen que sortear las empresas para colocar sus
servicios en el exterior.
Se han realizado avances relevantes, por
ejemplo, la red de acuerdos bilaterales sobre comercio de servicios que sigue
ampliándose, aunque aún está en deuda el plano regional, en particular el
Mercosur, con cuyo bloque aún se encuentra trabada la negociación.
Asimismo, se
ha avanzado en la reducción de la doble tributación que afecta fuertemente los
retornos de los exportadores de servicios, a través de la firma de diversos
acuerdos para evitar la doble tributación: hace pocos años atrás Chile tenía
vigentes solo tres acuerdos para evitar la doble tributación, en la actualidad
hay ya 17 acuerdos en vigor.
Pero por otro lado, se han dado señales
contradictorias a las anteriores iniciativas: Una de las dificultades de los
exportadores de servicios se refiere a que muchos de sus envíos no pueden
acceder a la devolución del IVA soportado en el proceso exportador, como ocurre
cuando se envían bienes físicos al exterior, cuyo objetivo es no encarecer las
exportaciones con impuestos pagados internamente.
En parte, el nuevo sistema de calificación de
servicios de exportación del Servicio Nacional de Aduanas pretendía solucionar
para algunos servicios esta dificultad (para aquellos servicios que cumplieran
ciertos criterios establecidos por este organismo).
Para ello, el Servicio Nacional de Aduanas
elaboró un listado de los servicios que podían acceder a facturar al exterior
exento de IVA y recuperar los IVA soportados en el proceso exportador.
Sin
embargo, el reciente oficio 545 del SII del 20/03/2008, establece que los
servicios incorporados en el listado del Servicio Nacional de Aduana que no son
hechos gravados de IVA, no podrán recuperar los IVA soportados en el proceso
exportador.
Por lo tanto, en la práctica este oficio del SII significa una
contradicción con el listado de Aduana, ya que un servicio no gravado de IVA
incorporado en el listado aduanero será considerado exportación, pero al mismo
tiempo, no podrá beneficiarse de la recuperación del IVA, afectando, por ende,
la competitividad de los envíos de servicios nacionales.