Nueva etapa: a tres bandas será la primera elección democrática en la historia de la UDI
El gremialismo se prepara para un proceso nuevo, que debió adecuarse a la remozada Ley de Partidos Políticos, pero que también era una aspiración del actual timonel, senador Hernán Larraín".
- T+
- T-
El 26 de noviembre próximo, la UDI vivirá un proceso absolutamente nuevo para su militancia de base: tres aspirantes a dirigir la colectividad se medirán en una contienda que, por primera vez en su historia, será resuelta a través del mecanismo “un militante, un voto”. Ya están en la cancha los diputados Felipe Ward y Jaime Bellolio, y aunque es un secreto a voces que la senadora Jacqueline van Rysselberghe hará pública en cualquier momento su candidatura, lo que dan por hecho en su entorno, aún no la ha confirmado. Ellos serán los principales actores de una cerrera que tendrá mucho que ver con el tipo de partido que se perfilará a futuro.
Fue el propio presidente de la UDI, senador Hernán Larraín, quien el martes recién pasado en entrevista con DF apuntó a los mencionados como los aspirantes a reemplazarlo y se mostró optimista ante el hecho de que al futuro timonel lo elijan las bases y la decisión no quede en manos sólo del Consejo General, como era hasta ahora. Y que, adicionalmente, la elección deba hacerse de entre tres opciones, algo que tampoco había ocurrido antes en una contienda interna.
El plazo para inscribir las candidaturas vence el 1 de noviembre y todos los candidatos, asumidos o no, se han estado desplegando hace semanas, para aunar voluntades en torno a sus respectivos nombres. La senadora que no ha explicitado públicamente su intención tiene a la mayoría de los senadores secundándola. De hecho, quien fuera dos veces presidente de la UDI, ambas debiendo competir con el diputado José Antonio Kast, es el precursor de esta candidatura. Y dado que Coloma es el único coronel activo en la casona de calle Suecia, se menciona a Van Rysselberghe como la candidata del “establishment”.
Pese a su tono suave, la senadora -quien prefirió no hablar con DF para este artículo- es reconocida por su carácter fuerte. No por nada, en 2011, hizo pasar al entonces presidente Sebastián Piñera por uno de los momentos políticos más complejos de su mandato, cuando debido a un escándalo a raíz de la filtración de una grabación de quien fuera en ese momento intendenta de la Octava Región con un grupo de pobladores, el Ejecutivo decidió removerla del cargo. Sin embargo, la actual senadora se dio el lujo de alargar el proceso y ser ella quien renunciara después de varias semanas de negociaciones. Algunos de sus detractores sostienen que si la médico siquiatra concreta su candidatura, la UDI “será más de lo mismo”.
Savia nueva
Los diputados que ya confirmaron que estarán en la papeleta en noviembre son de generaciones más jóvenes y han tenido poca o ninguna relación con la senadora. Felipe Ward y Jaime Bellolio están en su tercer y primer período, respectivamente, en el Congreso, y han dividido a la bancada de diputados en busca de respaldos. Al primero lo apoya el sector más conservador del partido, representado por algunos de sus pares como Patricio Melero, Jorge Ulloa o Ignacio Urrutia. Al segundo, en cambio, un grupo entre los que se encuentran algunos de los más jóvenes de sus pares, bautizados peyorativamente en el propio partido como “los iluminados”.
Aunque en este nuevo escenario sólo es posible especular respecto de cuánto podría contribuir al triunfo de una de las tres opciones el que se pronuncien las bases del partido, Ward está optimista, recorriendo el país apoyando candidatos a concejal. Orgulloso dice que ha debido grabar 700 videos a solicitud de aspirantes de la tienda al Concejo Municipal. En una actitud que denota seguridad en su proyecto asegura que “no somos el portaviones más moderno, pero sí el más grande”, consciente de que, como se reconoce en las filas del partido, las bases gremialistas son más conservadoras que sus dirigentes.
Por su parte, Bellolio encarna y ha querido ser el rostro de la iniciativa para modernizar la UDI. Según comenta “el proyecto de cambio es cuestión de tiempo y está en una transición que empezó a tomar forma con lo que ha hecho Hernán Larraín”. El diputado, quien es considerado el más liberal del grupo, aspira a ser quien consolide el proceso, aunque sabe que en el partido sostienen que es el que concita menos respaldo en las bases y que se lo acusa de ser el candidato de la elite.
Aun así insiste en su punto, mismo que ha transmitido por todo el país: “La UDI no puede vivir de las glorias pasadas y tiene que recuperar la credibilidad de la ciudadanía” y enfatiza que no se pueden defender los principios del partido con las herramientas de los ‘80, cuando se fundó.