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J.M. Benavente: “Se nota la falta de un Consejo de Innovación fuerte"

Sin calificar su labor, el economista reconoce que Flores “le da una dimensión distinta de a quién le habla el CNIC”.

Por: Por Ángela Chávez Molina | Publicado: Jueves 12 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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El economista y actual director del Centro de Productividad de la Universidad Adolfo Ibáñez, ha estado en el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC) desde antes de su creación. De hecho, la instancia es el resultado de un trabajo de investigación que hizo hace años a petición de la Comisión de Hacienda que presidía, en ese entonces, Alejandro Foxley.

De ahí también que puede hablar con propiedad del devenir de este organismo que según aclara, no existe por ley, pues el proyecto por medio del cual se buscaba su creación, no fue aprobado por el Congreso.


- ¿Cuál es su balance del trabajo que ha hecho el Consejo para incidir en la discusión pública?


- El Consejo al comienzo le hablaba mucho al mundo público, al gobierno, sugiriendo políticas públicas -crédito tributario, fondo basal, formación de capital humano, consejo de la cultura- se mete en un ámbito enorme y eso está en el volumen I y II del Libro Blanco. Hay un cuarto que habla de la agenda 
2010-2020 y donde también salen cosas más específicas de política pública. El problema es que el diagnóstico que hace Fernando Flores, es decir, ok, esto está muy bien pero en realidad la innovación es un problema mucho más complicado porque es la sociedad entera la que está involucrada. Lo que hizo Fernando Flores durante su mandato, es decir -a través del documento que recién salió- ahora le vamos a hablar a la sociedad chilena, no específicamente al mundo público; es levantar como tema la innovación, con un sentido de urgencia y de cómo poner dentro del ideario colectivo la innovación y sus actividades relacionadas. Entonces, cuando un gobierno de turno ve el último documento del Consejo, dice, esto no me sirve mucho, y obvio que no le sirve porque no dice nada de política pública. Mi visión es que el Consejo tiene que hacer las dos cosas: estar muy atento a lo que está haciendo el gobierno, llamando la atención de que algo no está funcionando o hay superposición de programas, pero también tiene que tener el oído y la voz para la sociedad como un todo y decir, esto es importante, tenemos que ponernos de acuerdo, ¡el cobre se va a acabar! Esto no es solamente rol público, sino del que es más deficitario en Chile, que es el mundo privado.

- ¿Con Flores entonces cambia la mirada del Consejo?

- Él le da una dimensión distinta de a quién le habla el Consejo. En tiempos de Eyzaguirre y Bitrán se había concentrado mucho en hablarle al mundo público, dándole un poco la espalda al mundo privado. Entonces, la reacción del mundo público fue oiga, ¿y donde están las políticas públicas? Y la respuesta es: pero si el Consejo no hace políticas públicas, eso lo hace el ministerio o los ministerios, está escrito en el volumen I del Consejo del 2005. La experiencia mostró que los Ministerios de Economía no se la pueden. De ahí también la propuesta de la comisión Philippi, de un Ministerio que incorpore la mayoría de las dimensiones, pero el Consejo sigue estando ahí, el Consejo es la mirada de mediano y largo plazo.

- ¿La comisión Philippi no habría recomendado poner fin al Consejo tal como está?

- No. Yo estaba en la comisión Phillipi. Esta fue llamada principalmente, para discutir el tema de la institucionalidad de gobierno, no de Estado. Después de discutir largamente llegamos a la idea de la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero siempre estuvo la idea de una mirada de largo plazo en un Consejo, relativamente independiente, de Estado. Son dos cosas completamente distintas.

- Tras ese cambio de dimensión ¿cómo evalúa la gestión de Fernando Flores?

- El Consejo tenía una visión muy orientadora hacia el mundo público, lo ayudaba muchísimo en el diseño de los programas porque como no había una cabeza visible, entonces el Consejo estaba actuando como cuasi Ministerio de Ciencia y Tecnología, de facto. Ese rol, de alguna manera, lo perdió cuando entró Fernando Flores. Yo era de la idea que el Consejo no podía ser tan cercano al gobierno, y por eso el tema de la independencia es tan importante porque de repente es bueno que el Consejo saque al pizarrón al gobierno cuando no está poniendo los recursos. Flores decía no hemos logrado mucho con este modelo, entonces cambiemos el foco, concentrémonos en el mundo privado. Ahora la crítica que se le hace a Flores es que no estaba a tiempo completo y tienen razón. Yo soy de la idea que el presidente tiene a lo menos que estar medio tiempo en el Consejo.

- ¿Pero fue buena o mala la administración de Flores?

- Dado que no había un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Consejo perdió la posibilidad de estar más cerca e influyendo sobre el gobierno en los temas de política pública, a pesar que esto Juan Andrés Fontaine lo tomó bastante en serio, lo que después se perdió.

- ¿Sin un presidente, el Consejo acéfalo, cómo enfrentarán entre otros, el debate del presupuesto 2014?

- Esa es la crítica que yo hago a la administración actual del Consejo. Ese rol que teníamos nosotros de ver los temas presupuestarios no lo estamos haciendo. Esto se hizo sólo en 2011 y 2012, no se hizo 2010 y 2013 y es la parte de la política pública que es importante que el Consejo haga, tiene toda la metodología, un trabajo muy acucioso de ver todos los programas y recursos que están en todos lados del gobierno para ver la consistencia. Tenemos una mirada sistémica que nadie más tiene. Esa parte del Consejo es muy iluminadora para el gobierno de turno y la sociedad en su conjunto. En esta administración, se nota la real falta de un Consejo fuerte, diciendo en los temas presupuestarios, esto es importante y no lo va a hacer, lo que creo que es un error.

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