Con guiños a la Concertación y duras críticas a Piñera, Guillier presentó su programa de gobierno
"Dijeron que no teníamos programa...¡Aquí está el programa!", dijo el candidato de manera enérgica.
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El reloj marcaba las 20:50 horas, cuando el candidato presidencial del pacto Fuerza de la Mayoría, Alejandro Guillier, comenzaba quizá uno de los discursos más apasionados de toda su campaña. Tras la actuación del grupo Quilapallún, que animó el ambiente y luego de una ovación que hizo retumbar los tres pisos del Teatro Coliseo, en el centro de Santiago, el periodista criticó a todos quienes haciendo una "mala política" lo acusaron de no tener un programa de gobierno y mostró a los asistentes el documento que en poco más de 200 páginas compila las propuestas que ofrece al país para continuar las reformas de Bachelet y avanzar a un Chile que se adecúe al siglo XXI.
"Aquellos que han mentido al país, aquellos que hacen de la política una mala política, inventando, tergiversando y engañando. Dijeron que no teníamos programa...¡Aquí está el programa!", exclamó como desafiando a sus adversarios políticos de todos los sectores y aclarando que el documento "es una obra colectiva", producto del aporte tanto de ciudadanos como de profesionales que integraron las 43 comisiones que le dieron forma a las propuestas que hoy entregó al país, asegurando que "el Chile futuro se empieza a construir ahora".
Sin embargo, más adelante el candidato centró sus dardos en quien, de haber segunda vuelta, será probablemente su adversario más fuerte en el bolotaje, el expresidente Sebastián Piñera, asumiendo el compromiso de terminar con "los abusos" y la "colusión", aludiendo a las grandes empresas.
"Quiero señalar a aquellos que no creen en nosotros que aquí hay una propuesta concreta, transparente y dice todo lo que se va a hacer, no como otros candidatos que dice que va a despedir 20 mil trabajadores del sector público", sentenció apuntando a Piñera y advirtió derechamente que "prepárense todos, que si la derecha gana será la persecución mas brutal, porque el diálogo que han prometido es falso, no van a gobernar con diálogo ni respeto a las minorías ni a las familias; en vez de gobernar van a arrazar y van a seguir profitando del poder y la riqueza".
Mucho más directo aún en su emplazamiento al candidato de Chile Vamos y a todo pulmón: "desafío a Sebastián Piñera, que dice que en la economía es el que más sabe, no se qué es lo que sabe". Y añadió que su única reforma trascendente fue "la Ley de Pesca y el autor enfrenta los Tribunales por corrupción, porque Piñera le entregó el poder a los grupos económicos y a serviles de los grupos económicos, aquellos que ante la ciudadanía se planteaban como políticos de prestigio y por detrás negociaban en la cocina chica los arreglines para ser un gobierno que hacía sólo leyes para favorecer a siete familias. La Ley de Pesca es una vergüenza para Chile", sentenció.
También criticó la intención de Piñera de "echar atrás la reforma tributaria" de Bachelet, pese a que el Banco Mundial en una aproximación "dice el 0,1% de los más ricos de Chile tributa el 76% de las nuevas recaudaciones gracias a la reforma. A quién va a beneficiar Piñera, al 0,1%". Por lo que advirtió que "no vamos a permitir que eche atrás la reforma tributaria, porque lo que pretenden es suprimir miles de empleos, echar atrás cientos de programas sociales, porque los consideran un desperdicio".
Y agregó: "Dicen que son el gobierno de los mejores...Cómo es posible que recibieran la economía chilena creciendo ybls entregaran en una caída lineal el último año de gobierno. Y no quiren reconocerlo", añadiendo que "a ellos les gusta el Mercedes Benz y que nosotros les pongamos la gasolina".
Ese fue el tenor de un discurso que se prolongó por 45 minutos y que fue constantemente interrumpido por la ovación de los presentes a las principales medidas anunciadas por el candidato, cuya exposición era seguida desde la primera fila por los ministros de Defensa, José Antonio Gómez, y el de Medio Ambiente Marcelo Mena; además del timonel del PPD, Gonzalo Navarrete y dirigentes del Partido Radical, como Patricio Tombolini. Ello, pese a la notoria ausencia de parlamentarios.
Entre sus propuestas se comprometió a trabajar con las PYME; terminar con el CAE, rebajar el pasaje a los adultos mayores, facilitar el acceso a medicamentos más baratos a través de las farmacias populares, gratuidad en la educación superior, una nueva Constitución con participación y uns reforma al sistema de previsional con pensiones dignas, entre otras que ha ido dando a conocer en sus giras por el país.
Su discurso estuvo plagado de guiños a los presidentes de la Concertación y a la presidenta Michelle Bachelet, cuidándose de criticar a los otros candidatos de la centroizquierda y asegurando que se siente "heredero de una tradición histórica".
Hacia el final de su intervención dijo estar preparado para liderar una nueva transición, la de un país más moderno y desarrollado, y pidió a los presentes que "lleven nuestro mensaje a todas las chilenas y chilenos, el tiempo ya es escaso, vamos a pasar a segunda vuelta, nos queda mes y medio para convencer a los chilenos y chilenas que hay un Chile solidario, un Chile para todos, donde nada es oculto, donde todos puedan realizarse en plenitud. Ese Chile maravilloso".