Centros de estudio acomodan sus piezas para enfrentar el debate tributario

Conformación de equipos, agenda de reuniones y las primeras definiciones sobre los eventuales cambios al sistema tributario son parte del quehacer de distintos centros de pensamiento del medio nacional por estos días.

El punto de partida es el proyecto de ley que de aquí a septiembre enviará el gobierno al Congreso con el objetivo de "modernizar" y "simplificar" el esquema impositivo vigente, pero no se agota ahí.

De hecho, desde Horizontal quieren poner ideas bajo una lógica de largo plazo, dice Gerardo Montes, a quien se sumará Ignacio Briones, Pablo Correa, José Domingo Peñafiel y Cristóbal Gigoux.

"Estamos empezando a mirar alternativas distintas, qué hay en la experiencia internacional que nos pueda servir e ir armando un grupo multidisciplinario para que no sea solo un grupo de abogados que se juntan a discutir de impuestos, sino que tenga visiones desde otras disciplinas", dice Montes.

En contraste, aclara que la Fundación Jaime Guzmán -en cuyo equipo también participará- tendrá una mirada más de corto plazo, con foco en el proyecto de ley. Aquí, explica, una de las líneas más importantes es la "simplificación".

"Estamos viendo la idea de cómo implementar la reintegración del sistema", expone el abogado Diego Vicuña, también coordinador del equipo tributario de la Fundación Jaime Guzmán, cuyo grupo de trabajo conforman Jorge Desormeaux, Juan Pablo Orellana, Guillermo Infante, Sergio Illanes, Jaime del Valle, Diego García y Gracia Curzte.

"Los parlamentarios nos solicitaron cómo hacer que la ley tributaria sea amigable con las empresas y, especialmente con las Pyme, para reactivar la inversión", acota, a propósito de apoyo a senadores y diputados de la UDI.

Para Renovación Nacional la asesoría técnica vendrá de parte del Instituto Libertad, donde Aldo Casinelli, Stefano Cecceto y Gustavo Díaz jugarán un rol protagónico.

El trabajo desde la oposición

En Chile 21, un equipo compuesto por los economistas Eugenio Rivera, Jorge Leiva, Carlos Ominami, Álvaro Gallegos, además del abogado Pablo Veloso, se preparan para el debate.

Y aunque les resulta curioso que se esté pensando en un cambio cuando aún la reforma anterior no rige completamente, miran con inquietud que se esté relevando la idea de integrar el sistema y que se debilite la norma antielusión.

"Pensamos que su carácter general es exactamente algo que ayuda a disuadir el comportamiento elusivo y también disuade de intentar evadir directamente impuestos", dice Rivera.

Así y todo, plantea la importancia de sumar temas nuevos a la discusión, como avanzar en la desintegración, la tributación de los recursos naturales, y la preocupación por seguir avanzando también en transformar el sistema tributario en algo que ayude a una mejor distribución del ingreso.

Desde Nodo XXI, Cristóbal Moya sostiene que bajo una lógica tiene "mucho sentido discutir la integración", destacando también lo deseable de que sistema tributario sea "claro".

"El problema de fondo, más político, sigue siendo básicamente la forma: una reforma tributaria solamente es un instrumento para otras cosas, y ahí es donde hay un problema no menor, sobre todo que uno espera que la recaudación tributaria tenga un aspecto progresivo, que las personas más pobres sean las que contribuyan menos y que las personas más ricas contribuyan más", argumenta.

Con foco en las PYME

Montes destaca la importancia de hacerle la vida más fácil a los contribuyentes y, en esa línea, cree que se debe buscar la fórmula para eliminar algunos registros que "parecen innecesarios o que podrían simplificarse", lo que facilita el pago de impuestos.

También alude al sinnúmero de declaraciones juradas que existen en el país, que para los pequeños y medianos contribuyentes puede ser una "carga muy pesada"

"Hay bastante qué hacer para simplificar en definitiva la administración del impuesto desde el lado de los contribuyentes, y siempre resguardando los intereses legítimos del Fisco de tener información veraz y oportuna", añade.

Impuesto verde, ahora sí

Alineado con el objetivo de restarle complejidad al esquema impositivo, desde el Instituto Libertad, Díaz pone el foco en aliviar la situación para las pequeñas y medianas empresas (PYME). "Tenemos más regímenes tributarios, con exenciones distintas y con efectos que todavía no se han digerido bien", dice.

"Nos interesa que para el sector de las pymes exista un instrumento tributario que permita generar más inversión y más crecimiento. Hacerlo más simple y menos costoso" y que desde "nuestra filosofía, las empresas más grandes no necesitan apoyo, pero sí las pequeñas y medianas", agrega.

Otra propuesta involucra a la Ley 20.290, vinculada con el reciclaje y la responsabilidad del productor. En el entendido que se requiere financiar un crecimiento más sostenible y con menos externalidades negativas, considera de toda lógica que para facilitar la implementación de la norma se diseñe algún impuesto verde.

"La ley hasta ahora considera un sistema de multas y un sistema de bonificaciones para generar más conciencia, para así generar mayor conocimiento de lo positivo que significa contaminar menos, utilizar mejor los recursos, pero también podría compensar perfectamente con un tipo de impuesto, cuya recaudación fuera directamente a financiar más iniciativas de esta naturaleza como reciclaje o mejor uso de los recursos", sugiere.

Lo novedoso de este sistema de impuestos, argumenta, es que por un lado no solo se recauda sino que al mismo tiempo corrige una externalidad negativa.

"Con esta ley se intentó generar algún tipo de impuesto verde en el pasado, pero sin tener una ley o un marco general que permitiera aplicar este impuesto y que nunca prosperó. Nosotros pensamos que hoy podríamos tener mejor suerte en ese sentido".

Mejorar la distribución del ingreso

Bajo el análisis de Chile 21, explica Rivera, es importante incorporar temas nuevos a la discusión. Así no sólo refuerza la necesidad de avanzar en la desintegración del sistema sino que también la de abordar la tributación de los recursos naturales y de transformar el esquema en una vía para ayudar a una mejor distribución del ingreso.

"En caso de que se quiera tratar ese tema, habría que pensar en medidas que puedan fortalecer el carácter redistributivo, volver a que la tasa marginal del impuesto global complementario de segunda categoría sea 40%", expone.

Otra área para avanzar, acota el economista, es la "eliminación de los mecanismos de renta presunta. Existen otros mecanismos que son más transparente y que ayudan a la tributación de las pymes y de las pequeñas empresas y evitan que ese mecanismo sea utilizado por personas que realmente no deberían utilizarlo".