Cristina Navarro, cofundadora y CEO de Bioled: Los planes de Bioled para internacionalizar tecnología que optimiza la producción de salmón
La empresa fundada en Puerto Varas y que desarrolló un sistema de iluminación artificial para aumentar la producción y calidad de los salmones cultivados, planea llegar a Noruega, Japón y Miami en 2022.
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Con la idea de aportar tecnología a la industria del salmón, en 2006, la ingeniera comercial Cristina Navarro, la bióloga marina Jimena Navarro y el ingeniero electrónico Claudio Bertin, fundaron Bioled, una empresa enfocada en el diseño y fabricación de luces LED a la que además incorporaron una lámpara sumergible para usarla en los cultivos de salmones.
Partieron con lámparas de bajo consumo, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que las proyecciones del negocio estaban en aprender la técnica del “fotoperiodo”, es decir, bajo qué condiciones aplicar las luces para optimizar la producción de salmones, de manera de educar y masificar su uso en la industria acuícola chilena, en una época donde hablar de lámparas en los cultivos no era algo muy conocido.
La cofundadora y CEO de Bioled, Cristina Navarro, y y emprendedora Endeavor desde 2017, cuenta que ese año cambiaron el modelo de venta de equipos por uno de arriendo, donde la firma se hace cargo de la instalación de las luces, las mantenciones y del fotoperiodo, con asesoría y mediciones de variables ambientales o biológicas, a cambio de una tarifa mensual según el plan contratado.
Sus instalaciones están en Puerto Varas, donde trabajan con 16 de las 20 salmoneras y la mitad de los centros de cultivo, con una producción mensual de 500 lámparas -de las cuales reciclan el 40% de los componentes- y con planes para llegar a otros mercados como Noruega, Estados Unidos (Miami) y Japón.
-¿Cómo opera e impacta esta tecnología en los cultivos de salmones?
-Los seres vivos, incluidos los peces, se rigen por el ciclo circadiano, por las horas de luz y oscuridad que percibimos. A través del uso de luces y la correcta aplicación de horas de luz y oscuridad, se puede acelerar o retrasar determinados procesos de la vida del pez para lograr que la producción se realice en menos tiempo. Un pez en condiciones normales alcanza en 18 a 24 meses el estado adulto y nosotros lo conseguimos en 12 meses. También hay otra condición, que es la madurez sexual. Cuando el pez madura sexualmente pierde la carne, ciertas condiciones de turgencia y características de color que hacen que su precio baje. Entonces, con luz también puede retrasar su maduración sexual para conseguir una mejor calidad de carne en el producto final. El impacto económico puede ser de hasta US$ 1,6 millones por cultivo y en la industria hay unos 200 centros que usan la técnica de fotoperiodo.
-¿Cuáles son las principales barreras que enfrentaron?
-El financiamiento. Al comienzo tuvimos un capital semilla de la Corfo, después recibimos también aporte de familiares; el resto del crecimiento fue orgánico, créditos bancarios y negociaciones con los proveedores. O sea, fue un tema no menor. Una anécdota, con un cliente importante teníamos órdenes de compra de $ 800 millones, y el banco sólo nos prestó $ 20 millones para construir… Con la Corfo también es difícil, hemos hecho 15 proyectos de investigación y desarrollo y era muy difícil acceder a fondos porque no teníamos la garantía que exigían en esa época. A esto se suma que pusimos un producto muy temprano para el mercado y tuvimos que investigar y educar.
Internacionalización
-¿Tienen pensado explorar nuevos mercados?
-Ya hemos tenido incursiones afuera, pero no por iniciativa propia, nos han venido a buscar. Chile es el segundo productor de salmón en cautiverio a nivel mundial, entonces vienen de otros países donde la producción no es tan intensiva como Australia o Canadá que copian tecnología. Le hemos vendido a Polonia, Dinamarca a Australia, Nueva Zelanda. Hace dos años iniciamos un esfuerzo consciente por salir fuera y tras investigar llegamos a la conclusión que necesitamos un partner (socio). Encontramos a un distribuidor de productos acuícolas y nosotros vamos a hacer su línea de fotoperiodo. Ya tenemos luces en Noruega que se están probando. Partimos justo antes de la pandemia y hemos estado apurando el tema de las certificaciones y ver cómo empaquetamos todo, porque no vendemos solo lámparas o equipos, sino la asesoría, nuestro principal diferenciador.
-¿Qué planes concretos tienen para 2022?
-Estamos apuntando al mercado de las pisciculturas de recirculación en tierra, que es una de las tendencias mundiales de producción acuícola de salmones. Estamos probando nuestra tecnología en tres pisciculturas en Miami, Polonia y Suiza. También esperamos tener algún producto definitivo para Noruega con ventas en al menos dos centros de cultivo. Y en piscicultura estamos en tres proyectos grandes -uno en Japón- que esperamos se cierren el próximo año.