Experta de UC Davis Chile alerta que salinidad del agua y suelo podría generar vinos salados en Maipo y Limarí
Debido a la sequía, las aguas utilizadas para riego tendrían mayores niveles de sal y provocarían que los vinos de ambos valles tengan cambios en su aroma y sabor.
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La vitivinicultura se ha convertido en uno de los rubros más expuestos al cambio climático. La mega sequía que afecta al país podría generar que los vinos cambien varias de sus cualidades, incluso, que tengan sabor a sal.
El centro de innovación UC Davis Chile realizó una investigación para medir el contenido de sal de las aguas de riego utilizadas por 13 viñas chilenas. El estudio reveló que los viñedos que usan agua de las cuencas de los ríos Maipo (zona central) y Limarí (región de Coquimbo) presentan un alto contenido de sales, a raíz de la baja en los caudales por la escasez de lluvias.
Jimena Balic, ingeniera agrónoma y coordinadora de Viticultura y Enología de UC Davis Chile, y quien lideró la investigación, explica que el menor nivel de los caudales de los ríos determina que exista una mayor concentración de sal.
Jimena Balic, coordinadora de Viticultura y Enología de UC Davis Chile.
“Como efecto de la sequía, al final hay un mayor nivel de salinidad en el agua para riego y, por ende, en los suelos donde están los viñedos”.
A nivel de los suelos, la experta -que expuso estos resultados en la Expo Chile Agrícola- afirma que la escasez hídrica, sumada a la presencia de sales en suelos y agua, hace que la salinidad se concentre en las raíces de la planta, lo que genera “una alta toxicidad en la vid”, un estancamiento en la maduración de sus brotes, caídas en el crecimiento de los viñedos de 25% a 50% y daños en el suelo.
“Al no hacer nada con los niveles de sal, esta se sigue acumulando y va acortando la longevidad de los viñedos”, sostiene Balic.
Esto trae como consecuencia, explica, la posibilidad de obtener vinos con grados alcohólicos más bajos, con un pH (acidez) más alto, cambios en su coloración y aroma, y sabor a sal.
“Si no se implementan soluciones, tendremos que empezar a convivir con la salinidad, pudiendo desarrollarse nuevas cepas con estas características”, dice.
Mediciones
Balic señala que para mitigar el impacto de la sequía, se debe realizar un seguimiento constante de los niveles de salinidad del agua para riego y en los suelos, ya que “detectar los tipos de sales presentes es clave para elegir un mecanismo de mitigación”.
Plantea que una de las soluciones centrales es la lixiviación del suelo, una práctica que “lava el suelo para arrastrar esas sales que se concentran en las zonas de las raíces”.
Agrega que otra forma de manejo es utilizar portainjertos -planta de soporte de una vid- resistentes a la sequía y la salinidad; seleccionar cultivos que puedan adaptarse de mejor forma a las condiciones climáticas, y evitar el uso de agua alta en sales como cloruro.