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Claridad a distancia, desenfoque cercano

Por Juan Pablo Cerda, socio fundador de Teco Group

Por: Juan Pablo Cerda, socio fundador de Teco Group | Publicado: Jueves 22 de agosto de 2024 a las 10:00 hrs.
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Juan Pablo Cerda, socio fundador de Teco Group

Estos meses nos han traído datos reveladores respecto a la preocupación ciudadana frente al cambio climático. En What Worries the World aparece como la décima preocupación de los chilenos; en la CEP en la posición 15 como problema a resolver y El Monitor de Sostenibilidad Empresarial (Ipsos) muestra que un 50% de los chilenos no conoce -o tiene una noción errada- del concepto de sostenibilidad. Las principales preocupaciones son cotidianas: seguridad, salud, pensiones, educación, corrupción.

¿Y las preocupaciones que proyectan las empresas?

Mientras se hacía el levantamiento de información de estas encuestas, las empresas difundían sus memorias 2023. ChangeMakerLeaders escaneó las cartas introductorias de las IPSA y encontró que todas mencionan ESG; y que los temas relacionados a "cambio climático” son los más abordados, en el 93% de ellas. En cambio, solo el 19% comenta de seguridad, incluyendo el rol de la empresa en contribuir a la seguridad, de sus colaboradores, clientes y otros. Ya a fines de 2023, KPMG reportaba en su Estudio sobre Reportes de Sostenibilidad y Reportes Integrados que el 67% de las mayores empresas chilenas informaron riesgos asociados al cambio climático; versus el 38% que informaron sobre riesgos sociales.

Mismo país, ¿distinto ángulo? ¿Qué valora de las empresas la ciudadanía; qué esperan de ellas, en concreto? ¿Quién es el público de seminarios, reportes, certificaciones (e insertos en la prensa) sobre ESG, ODS, GEI, NDC y otros indicadores de sostenibilidad y gestión climática?

No se trata de negar la importancia vital de estos asuntos; ni de que la empresa asuma un compromiso decidido con las temáticas de “nuestra casa común”. Pero pareciera que se requiere un mejor equilibrio entre sus esfuerzos climáticos y de “ESG” y los problemas sociales cotidianos de quienes la rodean.

El cambio climático y temáticas ESG parecieran ser una preocupación “crítica” solo para algunos; percibida como “muy lejana” de la cotidianeidad por la mayoría de los chilenos, que del clima más bien preocupa no tener agua; eventos climáticos extremos; que las siembras rindan menos y que tengan más plagas. Y saber qué puede hacer la empresa (en especial, si es vecina) para mitigarlos.  

La empresa -quizás bajo algo de presión woke-, se enfoca cada vez más en causas globales y generales como el cambio climático, adoptando posturas más visibles (y, en ocasiones, superficiales). Sin embargo, acusa dificultades de “motricidad fina” para abordar los efectos de éstas en el día a día de los chilenos. Así, aumenta el desacople entre la empresa y la comunidad: el largo plazo y la “sostenibilidad” versus el corto plazo y la necesidad.

Este enfoque puede percibirse por la ciudadanía como indiferencia hacia las necesidades más urgentes de sus trabajadores y vecinos. Contexto fértil para la controversia, que dificulta contar con la necesaria aprobación social para operar sin contratiempos y para aprobar nuevos proyectos (no es solo un problema de “permisología”).

Aunque hay un lenguaje común, se hablan distintos idiomas. Es necesario escuchar y traducir para una mejor comunicación que beneficie a ambas partes. Las palabras en las cartas y reportes integrados deben transformarse en acciones visibles y útiles para las comunidades, de modo que lo escrito se comprenda y genere confianza.

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