Vientos de verano en Chicago
Ubicada en la ribera suroeste del lago Michigan, Chicago (capital de Illinois) se asimila a una ciudad costera por la inmensidad de la cuenca.
Por: | Publicado: Viernes 24 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
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POR MICHELLE CAZENAVE
La denominada “second city” de Estados Unidos brilla por cuenta propia, con su mezcla perfecta entre la vanguardia arquitectónica, y esa cultura al aire libre y de escenario que la ha caracterizado, que nada tiene que envidiar a la popular Nueva York.
Chicago, la capital del estado de Illinois -y que, ojo, no por nada también es llamada “la ciudad de los vientos”-, tiene el encanto que maravilla de toda gran ciudad, pero con la tranquilidad (y estilo) de su vida diaria, que invita a caminar, más aún en esta época cuando parte el verano y nuevos aires comienzan a soplar.
Ubicada en la ribera suroeste del Lago Michigan -tan inmenso a la vista, que es fácil pensar que se está en una ciudad costera-, Chicago acumula casi 3 mil hectáreas de parques, y eso se hace notar. Sólo uno de ellos, el Millenium Park, se lleva diez del total.
En plena Avenida Michigan -conocida como “the magnificent mile”, por ser el corazón de exclusivas tiendas y la alta vida social local-, este parque es todo un complejo. Aquí se levanta el Cloud Gate, una escultura espejada de proporciones mayores que brinda un reflejo (literalmente) de la armadura edificada de Chicago, “el poderoso”, el significado de su nombre.
Precisamente, esta ciudad se jacta de tener la torre más alta de todo Estados Unidos, la Willis Tower -antes, Sears Tower-, que con 442 metros de altura, ha convertido su piso 103 con balcones de vidrio en toda una atracción para obtener una exquisita panóramica de Chicago. Y por sólo US$ 18, un must.
Otra es el parque Navy Pier, que sólo por echar un vistazo a la clásica Ferris Wheel o Rueda de Chicago, que da el nombre al juego, vale la pena visitar.
Terminando la tarde, son múltiples los lugares que presentan apetitosas y refinadas altenativas culinarias, aprovechándose de los atractivos de la ciudad. Uno de ellos es el Signature Room, que desde un piso 95, ofrece una extensa carta de mariscos y carnes asadas, al igual que el Fulton’s on the River, a la orilla de uno de los brazos del Michigan. Exclusividad aparte, no puede abandonar la ciudad sin comer el plato típico: la “deep dish pizza”, una especie de kuchen del clásico italiano al “chicago style”.
Con todo, un consejo: si planea una visita rápida no olvide su paraguas, porque esta época es la de mayores (y más fuertes) lluvias del año.
La denominada “second city” de Estados Unidos brilla por cuenta propia, con su mezcla perfecta entre la vanguardia arquitectónica, y esa cultura al aire libre y de escenario que la ha caracterizado, que nada tiene que envidiar a la popular Nueva York.
Chicago, la capital del estado de Illinois -y que, ojo, no por nada también es llamada “la ciudad de los vientos”-, tiene el encanto que maravilla de toda gran ciudad, pero con la tranquilidad (y estilo) de su vida diaria, que invita a caminar, más aún en esta época cuando parte el verano y nuevos aires comienzan a soplar.
Ubicada en la ribera suroeste del Lago Michigan -tan inmenso a la vista, que es fácil pensar que se está en una ciudad costera-, Chicago acumula casi 3 mil hectáreas de parques, y eso se hace notar. Sólo uno de ellos, el Millenium Park, se lleva diez del total.
En plena Avenida Michigan -conocida como “the magnificent mile”, por ser el corazón de exclusivas tiendas y la alta vida social local-, este parque es todo un complejo. Aquí se levanta el Cloud Gate, una escultura espejada de proporciones mayores que brinda un reflejo (literalmente) de la armadura edificada de Chicago, “el poderoso”, el significado de su nombre.
Precisamente, esta ciudad se jacta de tener la torre más alta de todo Estados Unidos, la Willis Tower -antes, Sears Tower-, que con 442 metros de altura, ha convertido su piso 103 con balcones de vidrio en toda una atracción para obtener una exquisita panóramica de Chicago. Y por sólo US$ 18, un must.
Otra es el parque Navy Pier, que sólo por echar un vistazo a la clásica Ferris Wheel o Rueda de Chicago, que da el nombre al juego, vale la pena visitar.
Terminando la tarde, son múltiples los lugares que presentan apetitosas y refinadas altenativas culinarias, aprovechándose de los atractivos de la ciudad. Uno de ellos es el Signature Room, que desde un piso 95, ofrece una extensa carta de mariscos y carnes asadas, al igual que el Fulton’s on the River, a la orilla de uno de los brazos del Michigan. Exclusividad aparte, no puede abandonar la ciudad sin comer el plato típico: la “deep dish pizza”, una especie de kuchen del clásico italiano al “chicago style”.
Con todo, un consejo: si planea una visita rápida no olvide su paraguas, porque esta época es la de mayores (y más fuertes) lluvias del año.