Turismo puro y duro
Lo que los turistas quieren hoy es conocer lo más profundo de la naturaleza, pero sin impactar el medio ambiente. Eso fue lo que buscamos. Y encontramos varios ejemplos de lo que se está haciendo a nivel empresarial.
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POR CRISTIÁN RIVAS N.
Combinar el negocio turístico con la protección del medio ambiente es una fórmula que está ganando cada vez más terreno y Chile no se queda atrás en iniciativas de este tipo. Si echamos una mirada a la geografía local, nos encontramos con decenas de ejemplos y opciones para quienes buscan el contacto con la naturaleza más profunda, pero sin impactar el entorno. Eso es lo primero que preguntan muchos de los visitantes adictos a los lugares remotos, sobre todo los extranjeros, cuentan al interior de varias empresas del sector.
“El turista ve con muy buenos ojos el que se cuide, respete y utilicen sistemas de producción energética no contaminante, son muy entusiastas a la hora de apoyarnos un proyecto ecológico, aunque esto implique que no puedan usar secador de pelo o deban preocuparse de la cantidad de basura que generan”, cuentan en una de las empresas instaladas en la Patagonia.
Estos son algunos ejemplos de lo que se está haciendo. Tome nota.
El hotel transportable de los Boetsch
La familia Boetsch tenía un gran terreno en las cercanías de Pucón, justo en una zona con prohibición de edificar, por eso mismo es que se encontraba totalmente abandonado, hasta que Cristián Boetsch Alamos tuvo la idea de instalar el primer hotel temático transportable de Chile. ¿Cómo es eso?, le preguntamos y nos contó que en medio de un bosque instalaron doce habitaciones tipo domos, sobre plataformas de madera, que generan el mínimo impacto sobre el terreno, por lo que no se consideran edificación. Le sumaron artefactos de bajo consumo eléctrico y una planta propia de tratamiento de aguas, para completar un proyecto totalmente ecológico. Eso es en esencia Magma Lodge, un complejo temático, muy ecológico y que busca conectar a los turistas con la zona volcánica del entorno. Partieron en 2009, aunque con el terremoto y la ausencia de turistas todavía están en una etapa de estreno, pero con niveles de ocupación al alza.
El sello de los Kusanovic en Torres del Paine
La familia Kusanovic, de origen croata, es reconocida en Magallanes. Primero por su desarrollo ganadero, y luego porque derivaron a la actividad turística dentro del Parque Nacional Torres del Paine, donde tienen hoy la única propiedad privada. A través de Fantástico Sur, administran varios refugios de montaña, campings y cabañas a lo largo de uno de los circuitos de trekking del lugar.
Como la mayoría de sus visitantes son extranjeros con una gran cultura ecológica, cuentan que le han puesto harto compromiso al cuidado de la naturaleza. Por ejemplo, en sus distintos refugios han instalado generadores de energía eólica, solar o hidráulica, reduciendo al mínimo el uso de energía en electrodomésticos y con ampolletas de bajo consumo. En el caso del manejo de desechos, algunas de sus instalaciones cuentan con planta de tratamiento de aguas servidas, manejadas a través de un ingenioso método que consiste en filtrar el agua en una piscina de aserrín y lombrices que se encargan de eliminar todo residuo, purificándola en un 90%, evitando la contaminación de la tierra y de aguas subterráneas. Este método lo están replicando en otras de sus instalaciones.
De la minería al turismo sustentable
Unas 48 mil hectáreas de terrenos en la zona de La Junta tiene el empresario minero Jonás Gómez, reconocido por su inversión en Minera Carola. Allí instaló un pequeño hotel de nueve habitaciones que recién puso en marcha este año, aunque todavía no lo inaugura, cuentan sus cercanos.
El objetivo del empresario y sus dos hijos, Segundo y Jonás, es levantar allí otro complejo hotelero, aunque más cerca del lago Melimoyu. Claro que para eso necesitan zanjar algunos problemas de acceso en los que se encuentran trabajando por estos días.
Cuentan que la idea es conquistar el corazón de distintos turistas que gusten de la zona de Palena, pero sin deteriorar el entorno.
Esto forma parte de la aspiración conservacionista del patriarca, que a lo largo de varios años fue sumando terrenos con el objetivo de protegerlos y mantener los ecosistemas.
Eso se ha traducido también en las instalaciones que han ubicado allí, donde arquitectónicamente han privilegiado la cercanía con el entorno. Todo tiene que ser sustentable, describen.
Felipe briones y su mezcla de turismo y reforest
El empresario salmonero Felipe Briones maneja personalmente la operación de uno de sus emprendimientos más queridos: la Estancia Los Ciervos, en la cima del Lago Riquelme, a unos 70 kilómetros de Coyhaique.
Allí, en un terreno de 5 mil hectáreas opera un lodge con ocho habitaciones que permite hacer de todo: desde avistamiento de flora y fauna, pasando por paseos a caballo, pesca con mosca y caza del ciervo rojo, una especie internada desde Escocia con medidas de control sobre un perímetro de 800 hectáreas. El lugar pertenecía a una inversionista escocesa y tras ser adquirido por Briones, éste lo reacondicionó en su totalidad este año.
En el entorno cercano al empresario cuentan que son varios los elementos medioambientales que han tenido en mente desde que asumieron el proyecto y comenzaron a desplegar su camino propio.
Lo primero que hicieron fue ponerse a reforestar con bosques de pino las zonas más erosionadas del terreno y hoy siguen analizando otras fórmulas para reducir su huella.
La limpia travesía del Stella Australis
La familia Lecaros Menéndez puso en marcha hace algunos años sus Cruceros Australis para adentrarse en los rincones del sur del país. La tercera de sus naves, bautizada como Stella Australis, hizo su estreno en diciembre del año pasado, recreando la ruta del naturalista inglés, Charles Darwin, por el canal Beagle, el mar de Drake y el Cabo de Hornos.
La lujosa embarcación está equipada con unas cien cabinas y una capacidad para 210 personas, que se suman a los 62 tripulantes que entregan una experiencia inolvidable de turismo, pero con el agregado de “sustentable”. Ese es su sello y con el que han trabajado el Stella Australis. Cuentan que son de los pocos que cumplen con las normas solicitadas a quienes recorren turísticamente la ruta de los fiordos australes entre Punta Arenas y Ushuaia. Por ejemplo, instalaron sistemas de tratamiento de aguas servidas y residuos que devuelven el agua en un total estado de limpieza. También ponen cuidado en la cocina, donde separan todos los residuos para evitar la formación de gases tóxicos.