Nada fácil se anticipa la tramitación del proyecto de reforma tributaria que planea Hacienda y que se centrará en cambios en el impuesto a la renta. El ingreso de la iniciativa ha sido postergado varias veces y ahora se espera que ocurra este mes. Sin embargo, la estrechez fiscal y la necesidad de realizar un ajuste del gasto público este año, empañaron el panorama al ministro de Hacienda Mario Marcel.
“Vamos a aprovechar el regreso de varios actores para hacer una última ronda de conversaciones y a partir de ahí ya vendrán la o las propuestas que se hagan al Congreso”, afirmó Marcel el viernes de la semana pasada tras un comité político en La Moneda. Luego, el lunes, se reunió con diputados y senadores oficialistas que integran las comisiones de Hacienda de ambas cámaras, a quienes reiteró que se tomaría la semana para negociar con los partidos políticos.
No obstante, desde la oposición aseguran que no ha habido reuniones por este tema y algunos solo reconocen conversaciones informales. Ayer el tema lo conversó en la reunión que sostuvo el Presidente Boric con la presidenta de la CPC, Susana Jiménez, encuentro en que también participó el ministro Marcel.
Transversalmente se valora que la iniciativa incluya una rebaja del impuesto a las empresas desde 27% a entre 23% y 25%. Sin embargo, en la oposición no ven espacios para la necesaria compensación de ingresos que ello requeriría, menos si afecta a las personas de ingresos medios y medio altos.
“Antes de discutir cualquier proyecto tributario, tenemos que ponernos de acuerdo en cuál será la rebaja de gasto que pidió el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) para ordenar las finanzas públicas”, afirma el senador Evópoli Luciano Cruz-Coke. “Y, segundo, subir el impuesto a las personas en un momento en que la economía está parada me parecería un error brutal. Si el ministro quiere compensar la rebaja del impuesto a las empresas -que es muy necesaria- tendrá que buscar mecanismos para compensar que no toquen a las personas, y eso hoy no es muy evidente”, agrega.
Luego de que el Gobierno incumpliera la meta fiscal en 2024 y ante la posibilidad de que vuelva a hacerlo este año, el CFA recomendó un recorte de gasto público de, al menos, US$ 1.500 millones este año para volver a la senda de consolidación fiscal. Marcel comprometió un ajuste, aunque el monto está aún por verse.
“Nuestra posición será muy dura. Hasta que no nos presenten un ajuste fiscal adecuado es difícil tramitar cualquier tipo de proyecto. No solo este tributario, sino que cualquiera que signifique gasto fiscal”, sostiene el diputado RN Frank Sauerbaum.
En una reciente columna en Diario Financiero, el coordinador macroeconómico de Clapes UC y vicepresidente del CFA, Hermann González, relevó los efectos positivos que tendría para el crecimiento una rebaja en el impuesto a las empresas. Pero también reconoció que dada “la extrema estrechez fiscal”, la rebaja debe ser compensada de alguna forma, pues no alcanzaría sólo con la recaudación por mayor actividad. Esa “será la parte más compleja para resolver en la nueva reforma tributaria”, advirtió.
En el oficialismo, el diputado PS, Jaime Naranjo, señala que será muy difícil hacer un ajuste de gasto en año electoral y, además, considera que los ingresos podrían ser mayores que los estimados, por lo que no se requeriría recortar tanto. “Si los sectores de oposición van a seguir majaderamente planteando un ajuste presupuestario, perfectamente el ministro puede condicionar eso a que le den luz verde al proyecto tributario. Como el Gobierno no tiene mayoría en la Cámara ni en el Senado y esto tiene que ser consensuado, el ajuste se puede usar como moneda de cambio”, plantea.
Con todo, los tiempos apremian. Marcel señaló que el ajuste recién se dará a conocer con el Informe de Finanzas Públicas (IFP) de abril. En tanto, para el proyecto tributario que se presentaría en marzo, algunos no descartan una nueva postergación.