Tal como lo habían adelantado esta semana dos periódicos con sede en Sao Paulo, el gobierno brasileño aumentó su estimación de crecimiento de la economía en 2017 a 1,6%, desde 1,2%, ya que algunos indicadores económicos apuntan a una recuperación tras la mayor recesión en décadas en el gigante latinoamericano.
Según se ha informado, la mejoría sigue a un avance en los niveles de confianza empresarial y de los consumidores que ha apoyado a sectores de la economía complicados por la contracción de la actividad.
La expansión de 1,6% está por encima de las previsiones del mercado para 2017. De acuerdo con el boletín Focus que realiza el banco central y que recopila las previsiones del mercado financiero, los analistas proyectan un crecimiento promedio de 1,1% para el próximo año, aunque algunas instituciones más optimistas se aventuran con una cifra cercana a 2%.
Cualquiera sea el pronóstico que se cumpla, se trata de una buena noticia no sólo para un país para el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado una contracción del PIB de 3,5% en 2016, sino que también para el resto de América Latina, dada la gravitancia de la economía de Brasil en la región.