Dos encuestas sobre situación del empleo
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En una reciente presentación, la directora del INE ha aludido a la encuesta de desempleo del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile en términos de que se trataría de una utilización “ineficiente” de recursos tener dos sondeos que miden lo mismo, lo que generó polémica entre economistas, ex directivos del organismo y académicos. La reacción es completamente entendible por diversas razones.
La primera es absolutamente pragmática: tras el cambio metodológico de la encuesta del INE en 2009, para adecuarse a los estándares internacionales y debido a la falta de un periodo razonable de traslape, la única encuesta de empleo de larga data –desde fines de la década de 1950- con que contamos hoy en Chile es la de Microdatos, lo que le confiere un carácter de bien público.
La segunda responde a la naturaleza de las encuestas: como toda estimación, la del INE es imperfecta, está atada a ciertas definiciones más o menos arbitrarias y captura solo una parte de un fenómeno complejo. Así, mientras más fuentes de información transparentes y puntos de vista existan mejor.
La tercera responda a coyuntura: existe una discrepancia en el desempleo medido por ambas encuestas, de 9,4% versus 6,9%, lo que genera dañinas suspicacias, atizadas ahora por el comentario de la autoridad del INE, sumado a que el financiamiento del Banco Central para la Encuesta de la U. de Chile debe ser renovado en 2017.
El gobierno debería fomentar y nunca cuortar la existencia de mediciones alternativas de los fenómenos económicos y sociales relevantes, pues estas enriquecen el debate y son parte insustituible de una sociedad moderna y plural.