¿Y cuándo volveremos a hablar de crecimiento y productividad en Chile?
Nicolás Abud Cofundador y CCO de Codify Analytics
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Nicolás Abud
Hace rato que en nuestro país dejamos de hablar de crecimiento y productividad. Si somos realistas, la prensa hoy copa sus páginas hablando de elecciones, crisis de seguridad, líos de nuestra clase política (de distintos bandos) y con justa razón… pero poco y nada estamos hablando de cómo avanzamos, cómo crecemos y cómo somos más productivos.
¿Habremos tocado techo como país y por eso no queremos abordar esos aspectos? Según la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, el peak se logró en los años ‘90, a tal punto que -de haber mantenido la tendencia- el PIB de Chile sería 33% mayor al actual.
Si bien la proyección tampoco tiene buen augurio, pues se espera que a 2027 tendremos un pobre 2,7% de crecimiento de acuerdo con la misma CNEP, estamos a tiempo de corregir el camino.
“Si no tenemos claro que la educación, capacitación y tecnología no son solo herramientas, sino el motor que desata el potencial del país, no retomaremos la senda del crecimiento”.
Sin tener una opinión apocalíptica, creo que estamos en un momento clave para ponernos de acuerdo y que en este 2024 nos tomemos en serio que la productividad y el crecimiento son pilares claves para un mejor devenir de las personas que hacemos esta sociedad, aunque algunos políticos no lo quieran ver.
Pero, ¿cómo lo hacemos? Es un problema multifocal y complejo, que tiene principalmente cuatro aristas innovadoras: primero, que todo, debemos procurar tener una educación a temprana y mediana edad que dé herramientas concretas para los trabajos del mañana; al mismo tiempo, debemos incentivar una constante capacitación de los trabajadores para que adopten nuevas tecnologías; en esa misma línea, es clave acortar la brecha digital de los adultos (hoy muy aguda), aspecto crítico para ese segmento.
Todos estos factores, indudablemente, deben converger hacia la incorporación de más y mejores innovaciones digitales en las organizaciones, que midan de manera constante la estrategia de los negocios. Si nos enfocamos en esos puntos, ineludiblemente ayudaremos a mejorar nuestros índices de productividad.
Tuvimos años dorados en materia de crecimiento, eso es innegable. Se cimentó un camino innovador que nos situó como líderes en Latinoamérica, pero hoy estamos al debe. Chile tiene un potencial ilimitado para impulsar la productividad organizacional a través de la adopción inteligente de tecnología. Según el Índice Global de Innovación 2023, el país se posiciona como el segundo en Latinoamérica del ranking mundial, tras Brasil y por sobre México.
Desde luego no es algo simple, pero tampoco es demasiado complejo para un país como Chile. Es tarea de todos, por lo que no solo se debe tener voluntad. ¿Por qué no nos proponemos hacernos cargo del tema? Si no tenemos claro que la educación, capacitación y tecnología no son solo herramientas, sino el motor que desata el verdadero potencial del país, no retomaremos la senda del crecimiento… ¿Será un 2024 mejor en materia de productividad? ¿Nos pondremos de acuerdo? Esperemos que sí, por el bien de las actuales y las futuras generaciones.