Política de Fiscalización de la SVS: nuevo estándar de transparencia
Carlos Pavez Tolosa
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Hace algunos días la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) hizo pública por primera vez su Política de Fiscalización donde explicita el perímetro regulatorio y se detalla cómo lleva a la práctica la supervisión para cada industria y/o entidad regulada. Con ello, eleva su estándar de transparencia, lo que se traduce en una mayor rendición de cuentas hacia sus stakeholders.
El objetivo de esta iniciativa es que tanto regulados como inversionistas, asegurados y público en general, tengan claridad respecto de cómo la Superintendencia ejerce sus facultades fiscalizadoras, cuáles son sus mayores preocupaciones en relación al tratamiento de riesgos y, en función de éstos, cómo distribuye sus recursos, poniendo siempre el énfasis en las áreas y entidades de mayor riesgo.
El actual marco legal requiere que la SVS supervise mercados cada día más profundos y sofisticados, y con un número creciente de entidades. Gran desafío, más aún si se considera que el principal activo para un desarrollo sostenible de estos mercados es la confianza del público en el respeto de las normas y en la acción de un regulador que las haga cumplir y que castigue a los transgresores.
En los últimos años este activo se ha visto afectado por una serie de casos, algunos con una alta connotación pública, como Inverlink, Alfa, Serrano, La Polar, entre otros, poniendo en tensión, desde la óptica de la opinión pública, la eficiencia de la labor fiscalizadora de la SVS. Reconociendo los necesarios perfeccionamientos que estos casos generaron, una parte relevante de aquellas críticas radican en una falta de claridad de las funciones que realiza la SVS y, sobre todo, del alcance de sus facultades.
La Política de Fiscalización difundida centra el foco y los recursos de supervisión en la evaluación de la calidad de la gestión de riesgos de las entidades cuya materialización pueda tener un mayor impacto para el mercado. Se evalúa, principalmente, si los administradores conocen los riesgos que asumen en sus negocios; si disponen de políticas y procedimientos y si no están expuestos a riesgos inadvertidos; si cuentan con una adecuada gobernanza, si realizan un eficiente monitoreo de la marcha de la entidad; si entregan información al mercado completa y oportuna y si los sistemas de control interno son idóneos y están bien implementados.
Como principio de accountability, los énfasis y alcances generales del plan de fiscalización del año respectivo serán difundidos durante marzo de cada año, oportunidad en que se dará cuenta del cumplimiento del período anterior. Asimismo, se implementarán indicadores y reportes de gestión del plan así como una evaluación permanente de los procesos y programas de selección y de revisión in situ y remota.
Esta iniciativa se enmarca dentro de un conjunto de medidas implementadas por la SVS para fortalecer y mejorar sus procesos, en línea con las exigencias impuestas a sus fiscalizados respecto de cómo las entidades pueden autoimponerse estándares más elevados de buenas prácticas de gobierno corporativo y de entrega de información al mercado.