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Innovación y eficiencia en la gestión pública

Pablo Celhay, profesor del Instituto de Economía y Escuela de Gobierno UC; y Ryan Cooper, fundador de Experimental, director de Government Innovation U. Chicago

Por: Pablo Celhay y Ryan Cooper | Publicado: Viernes 27 de septiembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Pablo Celhay y Ryan Cooper

El Informe de “Resultados Monitoreo 2023” reflejó cierta preocupación por la eficiencia del gasto público y la debilidad de varios programas gubernamentales. La revelación de observaciones en programas que suman montón exorbitantes por falta de criterios claros de priorización y errores en la estimación de gastos administrativos es, ciertamente, alarmante. Sin embargo, no debemos dirigir nuestras críticas al sistema de monitoreo y evaluación que produce estos diagnósticos, como algunos han sugerido.

Es cada vez más común evaluar decisiones de política pública basándose en la evidencia. En una democracia, la política está influenciada por múltiples factores: presupuestos, coyunturas y consideraciones legislativas. La evidencia debería guiar las decisiones, no dictarlas. El sistema de monitoreo y evaluación de Chile, reconocido como uno de los mejores del mundo, cumple con su rol al generar y comunicar resultados que permiten a los tomadores de decisiones -en el Congreso, ministerios y la sociedad civil- estar mejor informados.

“Se estima que expandir el modelo de monitoreo de compras públicas, financiado por el Fondo de Evaluación de Impacto (FEI), a todos los servicios de gobierno podría generar un ahorro equivalente al 0,1% del PIB".

Tal vez parte del problema radica en que no se comunica lo suficiente sobre los avanzados instrumentos de M&E con los que cuenta el país. Hay varios ejemplos de herramientas únicas en el mundo que no solo identifican problemas en los programas, sino que también destacan buenas ideas e innovaciones sociales que contribuyen a la eficiencia. Uno de ellos es el Fondo de Evaluación de Impacto (FEI) de la Dirección de Presupuestos (Dipres).

El FEI, creado en 2018, ha sido diseñado específicamente para promover la innovación en políticas públicas y optimizar la asignación de recursos, mediante rigurosas evaluaciones de impacto. Este fondo financia propuestas de evaluación, utilizando metodologías confiables, como experimentos controlados y naturales, para medir los efectos de diversos programas gubernamentales sobre sus beneficiarios y determinar el costo-efectividad de intervenciones, tanto nuevas como ya existentes. Una de sus características más destacadas es su continuidad y respaldo transversal, al funcionar anualmente bajo la administración de diferentes gobiernos y la aprobación del Congreso en la Ley de Presupuestos.

Un ejemplo del impacto del FEI es un estudio realizado en el área de compras públicas (Celhay, Gertler, Olivares y Undurraga, 2022) que mostró –solo en su versión piloto- las mejoras en eficiencia derivadas de un ajuste en los incentivos a compradores resultaron en una reducción significativa de los costos de adquisición por US$ 4,5 millones en los primeros cinco meses. Se estima que expandir este modelo a todos los servicios de gobierno podría generar un ahorro equivalente al 0,1% del PIB. Este tipo de resultados demuestra cómo la evidencia generada por ese fondo no solo identifica áreas de mejora, sino que también ofrece soluciones prácticas para mejorar el gasto público.

Chile está en una posición envidiable al contar con un sistema de monitoreo y evaluación que no solo identifica áreas de mejora, sino que también abre oportunidades para la innovación social. La tarea es aprovechar estas herramientas, celebrando su existencia y buscando formas de traducir sus resultados e implementarlos en políticas públicas que realmente hagan la diferencia.

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