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Columnistas

Innovación social, producto de exportación

Es común ver en estos días a importantes empresas expandirse en Latinoamérica...

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 23 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Es común ver en estos días a importantes empresas expandirse en Latinoamérica. Lo que no es común es ver a una fundación hacerlo y de manera incluso más exitosa. Ese es precisamente el caso de Un Techo para mi País, que hoy cuenta con presencia en 19 países de América, 500 profesionales contratados y más de 6.000 voluntarios que año a año se han transformado en un importante movimiento juvenil que se expresa a través de su trabajo activo en los asentamientos del continente. Pero, ¿cuáles son las claves para haber alcanzado dicho nivel de expansión?


En primer lugar, el contar con un ingrediente diferenciador; que miles de voluntarios trabajen junto a las familias de asentamientos por alcanzar comunidades sustentables que sean capaces de cortar con el círculo de la pobreza al que están condenados.

En segundo lugar, haber desarrollado una gran base de profesionales latinoamericanos altamente capaces y motivados, quienes tienen la oportunidad de hacer una carrera profesional en la institución, en la que pueden aportar sus conocimientos y experiencia en distintos países del continente.

En tercer lugar, las redes estratégicas con que se ha aliado Techo. En este sentido podemos encontrar, por ejemplo, el desarrollo de redes de trabajo con los gobiernos, o el caso de algunas empresas como LAN, con las que hemos desarrollado diferentes iniciativas de RSE y que han sido pieza importante en la expansión de Techo por la región.

Estos tres ingredientes son cruzados por un elemento crucial que es la alta capacidad de innovación social con que cuentan los voluntarios de Techo. En cada país en el que estamos, hemos sido capaces de establecer y alcanzar metas que parecen imposibles, pero que con la energía de los jóvenes, con su inagotable creatividad y su alto compromiso, son capaces de innovar en los medios y en los procesos necesarios para llegar a ellos.

Eso es lo que más me ha cautivado de Un Techo para mi País… su capacidad y energía expansiva. Sin embargo ahora, y dado que ya tenemos “pantalones largos”, el foco será crecer y no expandirnos. Crecer en impacto, procesos y profesionalismo, de manera de asegurar a las familias y a nuestros socios el cumplimiento de nuestros compromisos.

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