El futuro de la humanidad

Francisco Armanet

En marzo de 2008, Stephen Hawking respondiendo a una de las grandes preguntas respecto del futuro de la raza humana dijo: “Estamos entrando en un período cada vez más peligroso de nuestra historia. Nuestra población y el uso de los recursos no renovables del planeta Tierra están creciendo exponencialmente, junto con nuestra habilidad técnica de cambiar el ambiente para bien o para mal. Pero nuestro código genético todavía transmite instintos egoístas y agresivos que fueron una ventaja para sobrevivir en el pasado, será muy difícil evitar el desastre en los próximos 100 años. Nuestra única posibilidad de sobrevivir a largo plazo es no permanecer escondidos en el planeta Tierra, sino expandirnos hacia el espacio. Las respuestas a estas grandes preguntas muestran que hemos progresado de modo notable en los últimos 100 años. Pero si queremos continuar más allá del próximo siglo, nuestro futuro está en el espacio. Por eso estoy a favor de los vuelos espaciales tripulados por el hombre o, debiera decir, por personas.” 


Tan sólo cuatro años después del brillante discurso del científico inglés frente a los alumnos de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, existe absoluto consenso dentro de la comunidad neurocientífica mundial, que el pensamiento humano se genera por impulsos eléctricos. Es decir cuando alguien “piensa” se generan ondas electromagnéticas a una muy baja frecuencia. Estas ondas no se transmiten a través de un medio material, si no que también pueden hacerlo a través del vacío y, por tanto, de manera inalámbrica. Con la tecnología actual disponible de manera masiva, las personas pueden, con sólo pensar, dar instrucciones como las de encender su automóvil o apagar su sistema de aire acondicionado en casa. Para los incrédulos, cualquier persona puede adquirir un “cintillo” inalámbrico no invasivo por US$ 299 en emotiv.com que permite realizar estas funcionalidades.

Lo que la mente sana de Hawking no sabía es que desde hace muchos años antes existía el “Remote Neural Monitoring” (RNM), una tecnología desarrollada por los gobiernos de EEUU, Inglaterra, Alemania y Francia para controlar el cerebro humano. Hoy la National Security Agency (NSA) de EEUU ha desarrollado un sofisticado método de controlar y leer el pensamiento humano de manera inalámbrica. Esta tecnología (RNM) actúa remotamente para leer y detectar cualquier pensamiento criminal en una mente humana.

Todo lector podría con razón pensar que resulta universalmente inconstitucional que las agencias de inteligencia mundial sepan lo que pensamos. Personalmente estoy de acuerdo. Pero si existen 200 terroristas que pretenden destruir las Torres Gemelas, aniquilar el Pentágono, la Casa Blanca o detonar una bomba atómica en la Casa Rosada, no tengo problemas en que las agencias internacionales detecten mis pensamientos sexuales para proteger el futuro de la humanidad. Es posible que los “infieles”, los “insider traders” o los “front runners” no piensen lo mismo. Pero el derecho natural sostiene que cuando debemos proteger un bien superior, no hay problemas en que nos descubran.