30 años de autonomía
Enrique Marshall Director Magíster en Banca y Mercados Financieros PUCV, Exvicepresidente del Banco Central
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Enrique Marshall
Este mes se cumplen 30 años desde que se le otorgó autonomía al Banco Central (BC). En realidad, lo que se debería conmemorar es no solamento eso, sino también un estatuto orgánico que consagró varios principios relevantes que se complementan y refuerzan mutuamente. Sin duda, la autonomía respecto de otros organismos del Estado y grupos de interés es lo más importante y simbólico. Y ello va unido indisolublemente a la definición del BC como una institución de carácter técnico y no político.
Un segundo principio es la claridad en cuanto a su misión. El objetivo del BC, señala la ley, es el control de la inflación y la estabilidad del sistema de pagos. Esto no desconoce que existan otros objetivos económicos relevantes, como el crecimiento y la igualdad de oportunidades, pero que son encomendados a otras entidades públicas.
El tercer principio es el que prohíbe el financiamiento al gobierno y las empresas del Estado, recogiendo las lecciones de nuestra propia historia. Ello implica circunscribir las facultades de financiamiento a los bancos, justamente para que el BC se focalice en la prosecución de la estabilidad monetaria y financiera.
Los logros alcanzados por el instituto emisor bajo este estatuto orgánico son notables. A fines de los años ochenta, la inflación bordeaba el 20%. Pues bien, en pocos años logró reducirla y llevarla a niveles ubicados en torno a un promedio de 3%. Adicionalmente, el Banco Central ha asumido con propiedad la tarea de contribuir a la estabilidad financiera. Después de la crisis financiera de los años ochenta, el sistema financiero se ha desarrollado en un ambiente estable, lo que ha favorecido su expansión y desarrollo.
Hoy, la institución goza de un amplio prestigio y credibilidad. Ejerce efectivamente su rol de rector en el ámbito de los mercados monetarios y financieros. Pero goza, además, de la consideración y respeto del conjunto de la población. Se ha constituido, así, en un verdadero pilar del sistema económico.
Muchos son los factores y circunstancias que han contribuido a ello. El gobierno y el Congreso Nacional han sido permanentemente respetuosos con el BC. En la designación de las autoridades superiores de la institución han sabido compatibilizar criterios de idoneidad profesional con la búsqueda de un sano equilibrio de las visiones económicas presentes en el país.
La política fiscal también ha favorecido el accionar del BC, al mantener un sello de responsabilidad en todos estos años. Por su parte, el Consejo del BC ha hecho también su trabajo, buscando incorporar las mejores prácticas de los bancos centrales a nivel mundial.
En suma, si bien el camino recorrido no ha estado exento de algunos episodios complejos, la experiencia de estos 30 años es auspiciosa y nos enseña que el país tiene capacidad para crear instituciones sólidas sobre la base de amplios acuerdos.