Economistas versus estrategas. ¿Quién tiene la razón?
Hace algunas semanas un destacado inversionista nos comentó...
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Hace algunas semanas un destacado inversionista nos comentó, “luego de leer varios informes económicos y de mercado llegué a la siguiente conclusión: los economistas están pesimistas mientras que los analistas de mercado están optimistas”. Lo que a simple vista pueden parecer posiciones antagónicas, son perfectamente consistentes. Es más, parece ser lo caracteriza este comienzo de año.
¿Por qué el tono de los análisis económicos de 2012 podría tener un sesgo negativo? Los economistas por lo general se enfocan en el crecimiento económico y en los desequilibrios macroeconómicos. Desde esta perspectiva, el 2012 no se ve muy bien. Por una parte, el crecimiento global debiera mostrar una fuerte desaceleración (las últimas estimaciones del FMI son de un crecimiento de 3,3%, que se compara con el 3,8% del año pasado). Por otra, los desequilibrios -especialmente en Europa- siguen estando presentes. El desafío de moderar los niveles de la deuda europea en un entorno de bajo crecimiento es, al menos, muy complejo.
Entonces, ¿por qué el tono de los estrategas de mercado podría tener un sesgo positivo? Los estrategas de mercado tienen un foco distinto al de los economistas ya que se centran en estimar los precios de los distintos activos: acciones, bonos y otros instrumentos financieros. Para la estimación de precios, el escenario económico es la base para determinar utilidades de empresas, tasas de interés y otras variables necesarias para los modelos de valoración. Sin embargo, para proyectar (o al menos tratar de proyectar) lo que pasará con los precios, las dinámicas del apetito por riesgo de los inversionistas son otro elemento extremadamente importante.
En este ámbito hay dos preguntas que normalmente se hacen los estrategas: ¿qué nivel de apetito por riesgo incorporan los precios hoy? y ¿que pasará con el apetito por riesgo en el futuro? Para la primera pregunta, es fácil fundamentar una respuesta y creemos que las valoraciones actuales incorporan niveles de aversión al riesgo inusualmente altos. Por esta razón, es natural esperar un sesgo positivo en los análisis de los estrategas. En algún momento se tendrá que normalizar el apetito por riesgo y con eso subirán los precios de las acciones.
Para la segunda pregunta -que determina el momento en que ocurrirá la normalización- nadie sabe la respuesta. Simplemente hay que jugársela a partir del impacto que se espera tengan ciertos eventos en el ánimo de los inversionistas.
El comienzo de 2012 fue marcado por un fuerte aumento en los precios de las acciones, con el índice MSCI de acciones globales subiendo un 11%. Si bien los números económicos son algo mejor que lo esperado, éstos siguen presentándose poco alentadores y están lejos de explicar la magnitud del alza.
El rally se explica por un mayor apetito por riesgo producto principalmente de la reacción de los inversionistas a un evento: la decisión del Banco Central Europeo de facilitar el financiamiento a los bancos europeos. Al parecer, este año, tanto economistas como estrategas tienen la razón… Por ahora.