Saber negociar
Señora Directora:
Si algo queda claro después de los resultados de los dos plebiscitos es que la derecha y la izquierda (con sus respectivos centros) deben sentarse a negociar. Nadie ha conseguido todo lo que quería.
Y aunque eso parezca algo malo, es de hecho muy bueno. Cualquiera con experiencia en negociaciones sabe que una buena señal de que un trato es bueno es que ninguna de las partes obtenga todo lo que quería. Además, lo que uno aporta a un acuerdo no es siempre lo que uno da; muchas veces, e incluso principalmente, es aquello a lo que uno renuncia.
Los extremos, tanto derecha (Republicanos) como izquierda (PC y FA) trataron de jugar un juego de suma cero, donde la victoria pasa por la derrota del oponente. Los números de los plebiscitos dejan claro que eso no es posible. De hecho, y aunque sea contraintuitivo, la derrota de la izquierda fue el mismo día de su triunfo electoral en la elección de los convencionales; sin la presencia significativa de la derecha, no era necesario negociar. Y ya sabemos el resultado.
De esta manera, una buena negociación y de cara al país para elegir el mecanismo de confección de una nueva constitución es tan inevitable como deseable. Expertos más políticos, elegidos a nivel nacional o regional, etc. Cada uno ganará y perderá algo y el país, para variar, podrá ser el vencedor.
Marcelo Muñoz Perdiguero
Abogado