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Cartas

Don Ernesto Rodríguez Serra

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 6 de septiembre de 2022 a las 04:00 hrs.

Señora Directora:

Don Ernesto era el alma del Centro de Estudios Públicos (CEP) y tenía el don de formar. Por muchos años el CEP fue el gimnasio por excelencia en el cual la academia abría las puertas a los jóvenes. En los años ‘90 la casona antigua del CEP estaba revestida de libros y esas nobles paredes nos apretaban en un pequeño salón hasta ser un alma común. Ese lugar de antaño podría haber sido un pequeño teatro de Epidauro en el cual el maestro nos introducía en el oráculo de un viaje a las polis griegas, la Notre Dame de París o el encuentro de Dante con Beatriz.

Arturo Fontaine Talavera dijo alguna que vez que don Ernesto encarnaba la amistad. En retrospectiva era el actuar de don Ernesto el que propiciaba los ciclos de las buenas virtudes y entre ellas la lectura de Montaigne. Al final de una jornada literaria de C.S. Lewis y Tolkien, había un ágape y el CEP se transformaba en otro The Eagle and Child de Oxford: era el momento en el cual el maestro buscaba hacer nuevos amigos.

Sócrates antes de morir expresó: “Critón, debemos un gallo a Esculapio, no te olvides de pagar esta deuda”. Tenemos una deuda con don Ernesto y es volver a encantar a los jóvenes en los ágapes literarios para buscar en los libros un amigo común y especialmente, el encuentro con los demás.

Claudio Bravo Urzúa

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