Volatilidad hasta noviembre… al menos
José Manuel Silva Director de inversiones de LarrainVial Asset Management
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José Manuel Silva
¿Qué motiva al Presidente Donald Trump a seguir adentrándose en un peligroso callejón proteccionista? Cumplir su programa (“America First”), dirán algunos. Puede ser verdad, pero especialmente a la luz de las cruciales elecciones parciales (mid term) de inicios de noviembre, en donde se renuevan la Cámara de Representantes y parte del Senado.
Hasta hace pocos meses, la aprobación del Presidente había caído a niveles de 38% en los votantes probables registrados. Suele ocurrir que Mandatarios con ese nivel de aprobación pierdan las elecciones de mitad de mandato. Para Trump ello sería de vida o muerte, la creciente polarización de la política norteamericana podría desencadenar un “impeachment” por parte de la eventual mayoría demócrata. El “affaire” Rusia podría ser un gatillante.
El Presidente se ha embarcado, entonces, en una cruzada para enardecer a sus votantes y que éstos efectivamente voten. Su aprobación ha aumentado últimamente en paralelo con la creciente retórica proteccionista y dando a los diferentes sectores que lo apoyan temas de su interés (nuevo juez de la Corte Suprema para el mundo más conservador, retórica anti Irán para los halcones, proteccionismo automotriz para los trabajadores, etc.).
En la medida que su aprobación siga al alza y la boyante economía (mérito de él, en parte) no se resienta, Trump mantendrá el curso y buscará victorias parciales al estilo Corea del Norte, para entregarles pan y circo a sus votantes. Hay, sí, una delgada línea roja que no debe traspasar: la que lleve a un colapso de los mercados por el susto que éstos le tienen a una guerra comercial de verdad. El anuncio de una tregua con Europa va en este sentido y podría ser una de las victorias parciales que el Trump busca, aunque aún es prematuro conocer sus alcances, dados los vaivenes de los últimos meses.
Hasta ahora, su osada apuesta parece funcionar. Incluso China, aunque no acepta negociar por la fuerza, ha ofrecido concesiones y sobre todo ha recientemente tomado medidas para contrarrestar la aparente desaceleración de su economía, la que no se debe al conflicto con Trump, pero que sí se puede agravar por él. En efecto, China inició a fines del año pasado una campaña para disminuir el apalancamiento de su economía forzando un menor crecimiento del crédito. Ello ya ha generado un grado de ajuste (el precio del cobre con su PHD en economía lo refleja). Sin embargo, ante la escalada proteccionista y el alza de tasas de la Fed, las autoridades chinas se están preocupando. Curiosamente, ello podría ayudar a Trump a no traspasar la línea roja. Si siguen relajando el crédito, le dará un impulso a los alicaídos mercados emergentes.
En fin, hasta noviembre los mercados deberán bailar al son de la música electoral norteamericana (y de la samba brasilera en nuestro continente, dadas las elecciones de octubre). Esta música suele confundir a los mercados por ser más impredecible. En paralelo, es probable que la Reserva Federal mantenga su curso de retirar liquidez a la economía global, con el riesgo de sobre reaccionar y generar turbulencias globales.
Seguimos, entonces, recomendando carteras globales diversificadas con menor riesgo que las de 2017, menor exposición a empresas y países cortos en dólares y con una porción en activos que representan coberturas naturales en caso de que se traspase la línea roja: bonos seguros con duración, acciones suizas, UF, y los que puedan, un buen portafolio de opciones put del índice S&P “out of the money”. Buena suerte hasta noviembre.