Fernando Reyes Matta

Piñera, seis desafíos internacionales estratégicos

Fernando Reyes Matta Exembajador en Nueva Zelanda y China, profesor UNAB

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Martes 19 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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El mundo al que llega el futuro presidente Piñera es muy distinto al que le recibió en 2010. Bastaría recordar que a comienzos de este año el mandatario de EEUU se instituyó como líder del proteccionismo y socavador de lo multilateral, mientras el gobernante de la China comunista defendía el multilateralismo y el libre comercio en Davos.

Pero es más que eso. La sociedad civil aquí y en diversos confines del mundo es otra cosa. Más intercomunicada, más demandante de eficiencia en las políticas públicas, más exigente del ser y hacer de los partidos políticos, más atenta y denunciante de los abusos y desigualdades. Y, a la vez, muy atenta a las innovaciones de una era digital donde lo global se convierte en cotidiano.

En ese marco el futuro mandatario llegará a La Moneda. Y allí cabe hacerse una pregunta: ¿cuáles serán sus principales desafíos en el escenario internacional? Creo que uno podría identificar los siguientes:

- Participación en el G20. Como invitado especial en la cita de Buenos Aires, a fines de 2018, podrá entregar una visión de avanzada sobre la interacción entre Estado, mercado y sociedad: la experiencia de Chile y su proyección al 2030. En ese triángulo subyace la necesidad de consolidar un Estado fuerte, orientador y transparente; un mercado innovador, generador de crecimiento y desarrollo; una sociedad de protecciones y oportunidades bajo derechos compartidos. Todo ello cruzado por un cambio profundo en la educación, donde la calidad sea la meta principal.

- En APEC 2019, en Chile, dar un reenfoque a la conectividad como herramienta mayor en el devenir de ese foro. Ello implica que en el ámbito Asia-Pacífico la distancia no es el problema sino la identificación de tareas comunes por hacer. Asumir los avances digitales como la vía por la cual Chile se instala en el centro de ciertos procesos productivos y de servicios. Hacer visible allí la estrategia de Chile como participante activo de todo lo que traiga desarrollo avanzado en la cuenca del Pacífico.

- Definir un plan Chile-China de largo plazo, asumiendo la oportunidad de tener a Xi Jinping dos años seguidos en el Cono Sur: 2018 en Buenos Aires, 2019 en Chile. Un plan donde energía, agroindustria, industria 4D y vinculaciones digitales tengan prioridad, mirando el desarrollo de China como potencia en el siglo XXI.

- Asumir la controversia con Bolivia en La Haya (fin al 2019) sólo como un tema en la agenda política con el vecindario. Ir más allá, reformulando la relación con el entorno latinoamericano, especialmente Sudamérica, siendo actor importante en torno de grandes proyectos de conectividad y energía (por ejemplo, Intersolar SouthAmerica, Sao Paulo, agosto 2018). Las condiciones para un plan avanzado con Argentina en interconectividad vial, energética y minera llaman a una política especial con el país vecino.

- Tomar el V Centenario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes (noviembre 2020) como oportunidad para proyectar el país a nivel internacional: tras aquel histórico viaje el mundo confirmó su globalidad. Insertar el tema en la Expo Universal de Dubai (2020) y rescatar, desde esa conmemoración, lo que Chile aporta hoy en preservar los océanos, el resguardo de las grandes selvas frías del sur y la exploración del universo en el norte: fueron las estrellas las que guiaron a los navegantes de entonces.

- Confirmar el compromiso de Chile con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sustentable, aprobados de manera unánime en Naciones Unidas. En sus 17 puntos están las grandes tareas a llevar adelante para responder a los trasfondos de lo dicho por la ciudadanía en la elección del domingo.

Es posible que otros señalen temas distintos. ¿Cuál será nuestra política con EEUU? ¿Cómo empezaremos a construir una relación seria con África? ¿Hacia dónde llevaremos los vínculos con esa Europa debilitada? Y puede haber más. Lo clave está en entender que se ha iniciado una nueva etapa donde nuestra inserción internacional tendrá que saber responder al devenir de una sociedad cada vez más compleja y demandante.

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