China busca quitar influencia a EEUU en Latinoamérica con acuerdo nuclear con Argentina
Financiar proyectos a gran escala ha sido la carta de Beijing para asentarse en la región y a Washington le preocupa seguir perdiendo terreno en su patio trasero.
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China llega a Argentina para la cumbre del G20 que se inicia mañana en Buenos Aires, con la mirada puesta en llevarse todo el protagonismo que solía ostentar Estados Unidos en la región, en medio de la guerra comercial que ambas naciones iniciaron en julio.
Para ello tiene previsto, entre otras acciones, cerrar el domingo un acuerdo con la administración de Mauricio Macri para la construcción de la cuarta planta de energía nuclear de la nación trasandina, un tratado que ha sido valorado en hasta US$ 8 mil millones y que es considerado por ambos gobiernos como pieza emblemática para el fortalecimiento de los lazos económicos, diplomáticos y culturales.
La construcción de la central nuclear Atucha III, con financiamiento chino, impulsará la presencia del gigante asiático en Latinoamérica, que históricamente ha sido considerada aliada principal de Washington.
Ello podría imprimir más tensión a la ya complicada disputa arancelaria entre las dos principales economías del mundo, precisamente cuando se espera que, al margen de la cumbre, se reúnan los presidentes Donald Trump y Xi Jinping con la idea de poner fin al conflicto.
Manos en Latam
Para Beijing, el nuevo acuerdo con Argentina es una puerta más de desembarque en América Latina, en momentos en que su aliado tradicional -Estados Unidos- tiene diferentes frentes abiertos que atender dentro y fuera de sus fronteras.
El financiamiento de proyectos a gran escala ha sido, en los últimos años, la carta a jugar por el gobierno de Xi para asentarse en la región. En 2016, Macri buscaba en Hangzhou “profundizar” los lazos entre ambos países. En Colombia, el presidente Iván Duque recibió al ministro de transporte chino, Li Xiaopeng, como invitado de honor a su ceremonia de inauguración. Y el próximo mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, está considerando unirse a la iniciativa “Un Cinturón, Una Ruta” (One Belt, One Road). Por no hablar de Venezuela que ha recibido millonarias ayudas económicas, además, en el sector petrolero.
Ello preocupa al gobierno de Trump que considera a la región “su patio trasero”. Se “está creando una dependencia económica y política de China que es increíblemente peligrosa”, dijo a Reuters un alto funcionario de la Casa Blanca.
En el caso de Argentina, Atucha III será uno de los mayores proyectos financiados por el gigante asiático con un préstamo de US$ 6.500 millones para ser repagado en 20 años y una tasa anual de interés de 4,5%. Así, será el mayor prestamista no institucional de la nación trasandina, de la que ya es su principal importador de soya y responsable de gran porcentaje del ingreso de divisas.
EEUU advierte a los jefes de Estado que este tipo de pactos con deudas compromete cada vez más su soberanía. Beijing lo desmiente y asegura que su “inversión y financiamiento está en línea con las normas y prácticas comerciales, y no conlleva condiciones políticas”.
Príncipe a salvo
La mesa está servida para la cumbre del G20, cuyos días previos han estado marcados por las tensiones comerciales, protestas callejeras, cortes de vías, hechos de violencia por la final de la Copa Libertadores y por el pedido de investigación -y posible detención- al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman, por ser considerado autor intelectual del crimen del periodista Jamal Khashoggi.
Éste último punto dejó de ser ayer un dolor de cabeza para Macri, luego de que la justicia lograra evadir la responsabilidad de apresar al monarca durante su estadía en Buenos Aires. El proceso fue dilatado al solicitar informes internacionales para determinar quién tiene la competencia para investigar su caso.