Airbus frente al Covid-19: “No hemos recibido cancelaciones de aviones, pero sí acomodamos la producción”
En el marco de un ajuste global de 30% en las unidades fabricadas, destaca que se han mantenido los contratos con las aerolíneas en Latinoamérica, incluída Latam.
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La propagación del virus en el mundo impactó fuertemente el negocio de Airbus, que dentro de sus primeras medidas de contención financiera anunciadas en marzo decidió reducir en un tercio la producción de aviones. En este escenario de aerolíneas sin volar y de aumento en los costos de la industria, el fabricante con base en Francia se acercó rápidamente a sus clientes para estrechar aún más sus relaciones comerciales.
El presidente para América Latina de la firma, Arturo Barreira, indicó que la producción de su línea A230 -la familia de aviones más utilizada en la región- se ajustó a niveles de 40 unidades mensuales, cifra que representa una disminución de 30% menos en comparación con el mismo período de año pasado.
“El trabajo que se ha hecho en los últimos meses es acomodar la producción basada en la demanda para después poder cumplir con los contratos y acuerdos comerciales”, señaló el ejecutivo.
A nivel mundial, Airbus tiene una cartera total de pedidos de 7.000 aviones, de los cuales unos 650 corresponden a operaciones para la región latinoamericana. Antes del virus, los pedidos netos que se alcanzaron a realizar durante este año sumaron 300 unidades para 65 clientes, y hasta mayo se había concretado la entrega de 165 aeronaves.
En el balance de las operaciones a su cargo –que corresponden a los mercados desde México a Chile, Barreira destacó que “no hemos recibido cancelaciones de aviones por el Covid-19”, aunque precisó que en el escenario actual marcado por la pandemia “sí acomodamos nuestra producción para satisfacer la demanda futura”.
Si bien las conversaciones con sus clientes locales se llevan con extremo cuidado y reserva, Barrerira señaló que Airbus mantiene un diálogo diario con las aerolíneas, ya que su objetivo como proveedor es entender la situación, saber cómo cooperar desde su posición y buscar que ambas partes ganen para no perder los puentes que se han construido con sus socios durante décadas.
“Los detalles son confidenciales, pero estamos siempre a la escucha para encontrar soluciones que funcionen para ambos. Y eso no sólo por la crisis sanitaria, ya que tenemos una estrecha relación con varios actores de la región. Un ejemplo es Latam, donde trabajamos codo a codo hace más de 30 años con más de 200 aviones Airbus”, destacó el ejecutivo.
La aerolínea ligada a la familia Cueto tiene en carpeta 44 aviones encargados al proveedor francés, 42 de ellos del modelo A320 y los restantes son de la línea A350. Y aunque Barreira declinó divulgar información sobre cambios de fecha de entrega de pedidos por temas de confidencialidad, al respecto indicó que “hasta ahora no se han hecho modificaciones a los contratos en cuanto al número de entregas desde que entraron al Capítulo 11”.
En relación a cuando la compañía prevé recuperar los ritmos de crecimiento previos a la expansión del coronavirus, Barreira manifestó que no prevén retomar esos ritmos de producción hasta 2023, al menos.
Cambios en el negocio
La seguridad sanitaria es uno de los focos a corto plazo de Airbus. Hace un par de semanas, varias aerolíneas activaron una campaña para dar confianza a sus clientes durante los vuelos, con un objetivo centrado en explicar que las cabinas de sus aviones contaba con un sistema de filtros arrastradores de partículas de alta eficiencia (hepa, por sus siglas en inglés) que renuevan el aire cada tres minutos.
Desde Latam Airlines, Sky y Jetsmart en Chile, hasta Lufthansa, Iberia y Air France en el extranjero, todas tienen en común una estrecha relación con Airbus, el responsable de la iniciativa “Keep Trust in Air Travel”
“El diseño de nuestra aeronave previene la propagación de sustancias tóxicas y microbios dentro de la cabina mediante el monitoreo y control permanente del flujo de aire de la cabina, a una altitud de crucero de 10.000 metros que es muy seca y fría (-50 grados). El aire al aterrizaje es aún más limpio que antes del despegue”, explicó Barreira.
La campaña es una de las acciones a corto plazo de la empresa francesa, dentro de su meta de que los pasajeros vuelvan a confiar en el sistema. Para ello, el análisis de los procesos de reactivación de los mercados domésticos será vital para evaluar los cambios en el negocio y adaptarse a las necesidades de los pasajeros.
“Es clave lo que se viene en los meses próximos. En el verano del hemisferio norte sabremos más sobre el impacto de mediano y largo plazo en la región y sobre la crisis que estamos enfrentando. Con la recuperación de Corea del Sur y Vietnam en Asia, o ahora en Europa, tenemos esperanza para saber cómo se comportarán los mercados domésticos”, dijo.