Más contratos de licencia, startups y nuevos spin off: los resultados del programa Ingeniería 2030
Plan ya suma 13 universidades y en vista de su éxito se alistan para lanzar un nuevo programa centrado en ciencias.
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Formar ingenieros de clase mundial, que enfrenten los desafíos del “Chile del futuro”. Con ese objetivo nació en 2014 Ingeniería 2030, programa al alero de Corfo que busca transformar a las escuelas chilenas de ingeniería en entidades de clase mundial, en los ámbitos de investigación aplicada, desarrollo y transferencia de tecnología, innovación y emprendimiento (I+D+i+e).
A casi cuatro años desde su puesta en marcha, y en el marco del IV Encuentro de Ingeniería 2030, se realizó un balance del programa, que a la fecha contabiliza solo logros positivos. Entre ellos destaca la participación de 13 universidades y un impacto al 70% de los estudiantes de ingeniería civil en Chile, algo que desde la agencia estatal catalogan como un hito.
Marcela Angulo, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, afirma que el programa ha tenido un carácter masivo y añade que al unirse, las posibilidades sólo varían entre ser más o menos exitoso. Asimismo, agrega que si bien una vez dentro del programa no hay pie atrás, la instancia ha sacado lo mejor de los actores involucrados, respondiendo a las necesidades y retos del sector.
“Estamos empujando a vincular la investigación aplicada con las demandas de la industria, a hacer algo concreto en innovación y que el conocimiento no sólo quede en papers; estamos impulsando el emprendimiento de base tecnológica y hoy vemos una cantidad enorme de alumnos y profesores creando empresas de este tipo, que van a ser en el futuro la riqueza de este país”, afirma la ejecutiva.
En el detalle, desde 2014 a la fecha, la inversión en el programa alcanzó los $ 98.311 millones, de ellos, el aporte de Corfo ha sido $ 59.783 millones. Esto porque el modelo de financiamiento consiste, en la primera etapa de los proyectos presentados (los primeros tres años), en que la agencia aporta hasta el 70% del costo total y en la segunda (también de tres años) la inyección de recursos alcanza el 50%, mientras que el porcentaje restante lo asumen las universidades.
¿El resultado? Entre 2014 y 2016, los contratos de licencia pasaron de nueve a 36; la creación de startups aumentó de 42 registradas el primer año a 244 y el número de spin-off nacidos al alero de Ingeniería 2030 supera los 45 a la fecha. A 2020 la meta es que lleguen a 76. Estos resultados, para Angulo, responden a los esfuerzos conjuntos con la academia y los estudiantes, quienes también han tenido incidencia al exigir nuevos modelos e instrumentos de enseñanza.
“Como país no era posible darse el lujo de quedar con ingeniería rezagada, respecto a lo que está pasando en el mundo”, dice la ejecutiva y agrega que los resultados han tenido carácter mundial, como por ejemplo SmartFES, la startup nacida al alero de Ingeniería 2030, que ganó el South Summit en Colombia hace solo unos meses. Lo mismo con el Sistema de Información de Emergencia SIE, que ha obtenido reconocimientos por parte del MIT. Estos se suman a decenas más, pertenecientes a sectores de ciencias de la vida, transición energética e industria 4.0.
Otros de los cambios que ya se esbozan como consecuencia del programa, asegura Angulo, son la forma en que están cambiando los currículums, cómo se están acortando las carreras, la forma de abordar las materias y cómo se enseñan, de manera más comprimida, dando énfasis a aquellas competencias que son mucho más instrumentales para que los estudiantes se desenvuelvan en cualquier entorno, desde el primer año.
Ciencia-Innovación 2030
El aumento en los contratos de licencia y spin-off en las escuelas de ingeniería no han sido los únicos impactos del programa, ya que en vista de los cambios, facultades de ciencia de diferentes casas de estudio también quisieron sumarse a la transformación.
Marcela Angulo afirma que hoy buscan poner en marcha Ciencia- Innovación 2030, programa que si bien busca transformar las facultades de ciencia, no busca generar el mismo resultado. “A diferencia de ingeniería, en Ciencia-Innovación queremos ampliar las posibilidades de quienes decidan estudiar ciencia en Chile y que también los temas de innovación y emprendimiento sean una opción para ellos”, comenta.
Pese a las diferencias, la ejecutiva indica que ambos programas van a conversar, ya que en muchos casos el ciclo básico de ciencias lo entregan estas facultades a las escuelas de ingeniería, por lo que se hace necesario transformar la forma en que se enseñan estas disciplinas durante los primeros años de carrera.
Además, dice, en los criterios de evaluación de los postulantes a este nuevo programa 2030, el hecho de tener proyectos y estar conectados con Ingeniería 2030, suma puntos.