Bandeja de salida

La columna de J.J.Jinks: Herida

Después de casi un año de su inesperada e inaudita destrucción el 100% de la red del metro ha vuelto a estar operativa. Esto no solo implica una mejora sustancial en la calidad de vida para muchas personas que lo utilizan como principal medio de transporte sino también una pequeña, y quizás no tan pequeña, alegría para el alma nacional tan rasguñada en el último tiempo.

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Para los santiaguinos el Metro es uno de sus grandes orgullos a nivel de ciudad. La calidad e incluso belleza de algunas estaciones, la modernidad de los trenes y una pulcritud y limpieza ajena a nosotros mismos hacía que los chilenos nos paseáramos por los Metros de Nueva York, París, Londres o Buenos Aires con indisimulado orgullo. Podían tener más cobertura, pero el nuestro era mejor. Chi chi chi.

Dolieron los US$250 millones que el Estado tuvo que invertir para reparar el daño causado, pero no había alternativa, fueron 118 de las 136 estaciones las que de una u otra manera fueron quemadas o vandalizadas. La gestión estatal en lo que respecta a la recuperación del metro sólo merece reconocimiento y aprecio. No podemos decir lo mismo de la gestión estatal para encontrar los culpables de tamaña destrucción. Es realmente descorazonante que pasado un año desde la quema del tren subterráneo no sepamos qué ocurrió y pareciera que esa es una herida no cicatrizada con la que el país va a tener que acostumbrarse a vivir. Ni el más ingenuo puede creer que esto fue una reacción espontánea en cadena y que no hubo una planeación al respecto. La mediocridad de nuestros servicios de inteligencia ha quedado de manifiesta y una cierta sensación de vulnerabilidad quedará instalada por mucho tiempo.

Mientras tanto, en un planeta muy lejano, el día miércoles pasado se abría a la bolsa estadounidense la compañía Palantir. Empresa cofundada por Peter Thiel, un emprendedor serial que cuenta entre sus gracias el haber cofundado PayPal, ser el primer inversionista externo en Facebook e inversionista temprano en LinkedIn y Space X. Un track record empresarial que podríamos calificar de aceptable.

Palantir es una compañía especializada en big data analytics (con especial énfasis en inteligencia a nivel estatal y seguridad nacional) pero a diferencia de muchos otros, que rellenan con estas palabras de moda sus capacidades, en Palantir parecen saber hacerlo en serio. La compañía que hasta la fecha ha manejado sus actividades bajo estricto secreto cuenta con varias leyendas en sus espaldas, como que la CIA haya sido su único cliente durante varios años, el que participaron activamente en la ubicación de Osama Bin Laden previo a su muerte y también en la detección del dinero oculto en el esquema de Ponzi de Bernie Madoff. La motivación para abrir la compañía a la bolsa, con el consiguiente costo de un mayor escrutinio, está dado por el interés de avanzar fuertemente a ofrecer servicios en el mundo privado y donde transar en Wall Street es una buena carta de presentación.

Es un momento de grandes necesidades para el país, con desempleo alto y una actividad debilitada, donde probablemente invertir en seguridad e inteligencia está quedando nuevamente postergado hasta nuevo aviso. Este es el momento para que los emprendedores locales, obviamente cumpliendo con nuestras leyes, generen productos y alternativas para que el Estado pueda adquirir para seguridad nacional. Hoy es un área totalmente desatendida y con la apertura de Palantir al menos hay donde empezar a sacar ideas, para no decir copiar que es tan feo.

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