Colocaciones de deuda corporativa para financiar inversiones llegan a nivel récord
Pese a la percepción de que el mercado ha estado al debe, informe de ICR revela que han crecido las emisiones para costear proyectos.
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Existe la percepción de que este año ha sido “flojo” en lo que a emisiones de deuda se refiere, tanto a nivel de colocaciones como de emisiones destinadas a financiar inversiones. Sin embargo, cifras de la clasificadora de riesgo ICR muestran que la primera mitad del año fue incluso más activa que en años anteriores.
El primer semestre de 2018 trajo consigo la emisión de US$ 2.210 millones en bonos corporativos.
Si bien esta cifra no es suficiente como para superar las colocaciones del segundo semestre de 2016, que batieron récord con US$ 2.756 millones en bonos corporativos, sí supera a todos los primeros semestres de los últimos años.
No sólo eso destacó en un primer semestre que no despertó el entusiasmo del mercado: la cantidad de deuda emitida para financiar proyectos de inversión también ha crecido con respecto al ejercicio anterior.
En el primer semestre de este año, el porcentaje de colocaciones destinadas a inversión llegó a su cumbre en el 34,7% del total, con US$ 767 millones emitidos.
Con esto, el monto supera incluso al segundo trimestre de 2016, que batió récord en colocaciones, pero registró emisiones para inversiones por US$ 568 millones.
Cifras de ICR muestran que durante el primer semestre de 2018, el 58,3% de las emisiones se realizaron para reestructurar o refinanciar deuda.
Es más, sumando todos los montos colocados entre enero de 2014 y junio de este año, un 75% del monto total se ha usado para refinanciar pasivos.
Mirando hacia adelante, la clasificadora espera que la tendencia se mantenga, según indicó en un informe reciente.
Desde la administradora de fondos MBI, el gerente de renta fija Guillermo Kautz anticipa que probablemente van a salir más compañías a colocar deuda, dado que las condiciones de financiamiento siguen propicias para las compañías, con tasas de interés que se mantienen relativamente bajas y niveles de demanda que han mantenido los spread corporativos bajos.