La industria venezolana está hambrienta de energía
A pesar de ser el productor de petróleo más grande de América del Sur, Venezuela es incapaz de satisfacer su demanda eléctrica.
Por: | Publicado: Viernes 17 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
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A pesar de ser el productor de petróleo más grande de América del Sur, Venezuela lidia con un sector energético inadecuado y la incapacidad de satisfacer la demanda eléctrica. Han ocurrido varios apagones importantes desde abril y el gobierno ha anunciado medidas para reducir la demanda y racionar el uso. Sin embargo, los problemas más profundos en una industria falta de inversiones siguen sin abordarse.
Tras una crisis mayor en 2010, relacionada sobre todo con una grave sequía, los problemas resurgieron en abril, tras una serie de interrupciones en el suministro de gas en la termoeléctrica Termozulia. Esto provocó apagones repentinos de hasta tres horas varias veces al día. Las regiones central y occidental (los estados Carabobo y Aragua) fueron especialmente golpeados, pero la capital, Caracas, también se vio afectada.
La situación se repitió en mayo, y, más recientemente, el fin de semana del 10 de junio. Aunque el suministro se restableció, las autoridades dijeron que la actual capacidad energética ya no puede satisfacer la creciente demanda nacional.
Para fomentar la reducción del consumo, los funcionarios anunciaron el 13 de junio que los grandes usuarios de electricidad, tales como centros comerciales, fábricas, edificios de oficinas y algunas viviendas tendrían que reducir su consumo en un 10% con respecto a su consumo mensual promedio reciente. Si no lo hacen, enfrentarán costos más altos (pero obtendrán descuentos si lo logran). Los usuarios residenciales cuyo uso aumente en 20% respecto de los niveles de 2009 podrían ser objeto de recargos del 200%. También habrá nuevas directrices para las oficinas del gobierno que apuntan a una reducción drástica del consumo.
Estas medidas están diseñadas para evitar el racionamiento generalizado impuesto en 2010, cuando los apagones afectaron al país durante meses. Sin embargo, políticamente podrían ser perjudiciales para la campaña por la reelección del presidente Hugo Chávez el próximo año. Las medidas de conservación del año pasado empujaron a la economía a una recesión más profunda y mermaron la popularidad del presidente.
Falta inversión
La crisis actual difiere estructuralmente de la experimentada a principios de 2010. El año pasado, el país enfrentaba un déficit de suministro, debido sobre todo a los bajos niveles de agua en la represa hidroeléctrica Guri debido a la intensa sequía (70% de la generación en Venezuela es hidroeléctrica). Este año, hay más agua en los embalses. El verdadero problema radica en la falta de inversión en la mejora de las líneas de transmisión en los últimos años. Esto ha hecho a la red nacional del país muy vulnerable a cualquier alteración. La menor demanda de electricidad en los dos últimos años (debido al racionamiento en el año 2010 y la recesión de dos años a lo largo del país) quitó un poco de presión a la red nacional, pero persisten los problemas estructurales en la red de distribución. Y la demanda eléctrica está creciendo.
Las razones estructurales de largo plazo de las fallas actuales de la red son fáciles de detectar. Las tarifas eléctricas han estado congeladas en términos nominales por más de una década, mientras que la inflación promedió 22% en 2000-10, provocando una caída de los precios reales de la electricidad. El resultado fue un crecimiento mucho más fuerte de la demanda, combinado con esfuerzos insuficientes para instalar nueva capacidad en generación y transmisión.
Con tarifas congeladas, las campañas para crear conciencia sobre el uso de electricidad no han logrado frenar el crecimiento de la demanda. Esto sugiere que bajo un escenario benigno, Venezuela seguirá sufriendo un suministro irregular de electricidad en el corto plazo, debido a restricciones de oferta. De ahí las medidas de conservación recientes. Pero, en términos de inversión el gobierno está abordando el tema menos importante, enfocándose en la generación mientras que el cuello de botella en el sistema primario es la abandonada red de transmisión nacional.
Tras una crisis mayor en 2010, relacionada sobre todo con una grave sequía, los problemas resurgieron en abril, tras una serie de interrupciones en el suministro de gas en la termoeléctrica Termozulia. Esto provocó apagones repentinos de hasta tres horas varias veces al día. Las regiones central y occidental (los estados Carabobo y Aragua) fueron especialmente golpeados, pero la capital, Caracas, también se vio afectada.
La situación se repitió en mayo, y, más recientemente, el fin de semana del 10 de junio. Aunque el suministro se restableció, las autoridades dijeron que la actual capacidad energética ya no puede satisfacer la creciente demanda nacional.
Para fomentar la reducción del consumo, los funcionarios anunciaron el 13 de junio que los grandes usuarios de electricidad, tales como centros comerciales, fábricas, edificios de oficinas y algunas viviendas tendrían que reducir su consumo en un 10% con respecto a su consumo mensual promedio reciente. Si no lo hacen, enfrentarán costos más altos (pero obtendrán descuentos si lo logran). Los usuarios residenciales cuyo uso aumente en 20% respecto de los niveles de 2009 podrían ser objeto de recargos del 200%. También habrá nuevas directrices para las oficinas del gobierno que apuntan a una reducción drástica del consumo.
Estas medidas están diseñadas para evitar el racionamiento generalizado impuesto en 2010, cuando los apagones afectaron al país durante meses. Sin embargo, políticamente podrían ser perjudiciales para la campaña por la reelección del presidente Hugo Chávez el próximo año. Las medidas de conservación del año pasado empujaron a la economía a una recesión más profunda y mermaron la popularidad del presidente.
Falta inversión
La crisis actual difiere estructuralmente de la experimentada a principios de 2010. El año pasado, el país enfrentaba un déficit de suministro, debido sobre todo a los bajos niveles de agua en la represa hidroeléctrica Guri debido a la intensa sequía (70% de la generación en Venezuela es hidroeléctrica). Este año, hay más agua en los embalses. El verdadero problema radica en la falta de inversión en la mejora de las líneas de transmisión en los últimos años. Esto ha hecho a la red nacional del país muy vulnerable a cualquier alteración. La menor demanda de electricidad en los dos últimos años (debido al racionamiento en el año 2010 y la recesión de dos años a lo largo del país) quitó un poco de presión a la red nacional, pero persisten los problemas estructurales en la red de distribución. Y la demanda eléctrica está creciendo.
Las razones estructurales de largo plazo de las fallas actuales de la red son fáciles de detectar. Las tarifas eléctricas han estado congeladas en términos nominales por más de una década, mientras que la inflación promedió 22% en 2000-10, provocando una caída de los precios reales de la electricidad. El resultado fue un crecimiento mucho más fuerte de la demanda, combinado con esfuerzos insuficientes para instalar nueva capacidad en generación y transmisión.
Con tarifas congeladas, las campañas para crear conciencia sobre el uso de electricidad no han logrado frenar el crecimiento de la demanda. Esto sugiere que bajo un escenario benigno, Venezuela seguirá sufriendo un suministro irregular de electricidad en el corto plazo, debido a restricciones de oferta. De ahí las medidas de conservación recientes. Pero, en términos de inversión el gobierno está abordando el tema menos importante, enfocándose en la generación mientras que el cuello de botella en el sistema primario es la abandonada red de transmisión nacional.