Rousseff enfrenta séptima renuncia de un ministro por corrupción

El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff vuelve a sufrir una baja en su gabinete. El ministro de Ciudades de Brasil, Mario Negromonte, dimitió ayer convirtiéndose en la séptima renuncia de un titular por cargos de corrupción en poco más de un año.

El ministro, que estaba encargado de monitorear los importantes proyectos de infraestructura urbana previo al Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpíadas de 2016, estaba bajo presión por una serie de acusaciones que se arrastraban desde noviembre del año pasado. Medios locales habían reportado que adulteró documentos de un proyecto de transporte en la ciudad de Cuiabá, una de las sedes de la Copa, para moverlo a Mato Grosso. El titular fue imputado además por mantener reuniones privadas antes de licitaciones y beneficiar a ciertas empresas, llegando a ser cuestionado por el Senado donde negó los cargos.

De este modo, la presidenta designó al líder del Partido Progresista (PP) en la Cámara de Diputados, Aguinaldo Ribeiro como su sucesor, “una persona joven y de valor” de acuerdo al presidente del PP, el senador Francisco Dornelles. Ribeiro llega respaldado por un perfil técnico, con formación en ingeniería civil y administración de empresas, y una especialización en gestión empresarial de la Fundación Getulio Vargas.




Cambio de gabinete


Así, Negromonte se suma a otros seis secretarios que entre junio y diciembre del año pasado se vieron forzados a renunciar por irregularidades en sus carteras, incluyendo ministerios claves como el de Jefatura de Gobierno y de Deportes, además de Trabajo, Transportes, Turismo y Agricultura. A pesar de las bajas en su gabinete Rousseff ha logrado desmarcarse de los casos, obteniendo un récord de popularidad en su primer año de gobierno de 72%, superando a Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso durante el mismo período.

De todas formas, se espera que la mandataria anuncie un importante cambio de gabinete durante la primera mitad de este año, como una forma de alejarse de los nombramientos que perduran del gobierno anterior.