¿Debería vacunarse a los niños para frenar la propagación del coronavirus?
Las dudas éticas sobre los beneficios de inmunizar a los jóvenes serán cruciales para la distribución de las dosis en el futuro.
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N. Asgari en Nueva York y A. Gross en Londres
Con más de mil millones de vacunas contra el coronavirus administradas a adultos en todo el mundo, el debate está girando hacia la polémica pregunta de si se deben extender ahora a los niños y cuándo hacerlo.
Los mayores laboratorios han probado sus productos en jóvenes, incluidos bebés en algunos casos. Canadá se convirtió esta semana en el primer país en aprobar una vacuna para niños, al autorizar la inyección de BioNTech/Pfizer, que según la compañía es 100% efectiva en adolescentes, para niños de doce a 15 años.
Sin embargo, una serie de preguntas sobre la ética de administrar las vacunas para Covid-19 a los niños ha provocado un intenso debate sin respuestas simples. La forma en que respondan los gobiernos será un factor crucial para determinar quién recibirá los próximos mil millones de dosis.
Gran parte del debate se refiere al riesgo que representa el Covid-19 para los niños. En EEUU, 332 menores de 18 años han muerto de Covid-19 desde que comenzó la pandemia, en comparación con más de 560 mil adultos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La división también es marcada en Inglaterra y Gales, donde 37 menores de 20 años han fallecido a causa del virus, en comparación con más de 130 mil adultos.
"No se inmunizaría a los niños para su propio beneficio, sino para el resto de la sociedad", dijo Anthony Harnden, profesor de la Universidad de Oxford que asesora al gobierno de Reino Unido sobre su política de vacunas. "Ese es un problema realmente complicado".
La relación riesgo/beneficio de vacunar a los niños alimenta los recelos que durante décadas han mantenido algunas personas sobre las vacunas infantiles, incrementado por vínculos no comprobados con el autismo. El escepticismo solo aumentará cuando se les pida a los padres indecisos que autoricen las vacunas para sus hijos.
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Suministros limitados
La inmunización masiva inmediata de los niños en los países desarrollados también supondría una gran presión sobre los suministros, retrasando aún más los avances en grandes grupos de adultos vulnerables.
En Estados Unidos, que ha administrado alrededor de 250 millones de dosis, hay cerca de 74 millones de niños menores de 18 años. Si cada uno recibiera las dos inyecciones recomendadas para la mayoría de las vacunas, se necesitarían 150 millones más. Toda África, por el contrario, ha recibido 32 millones de dosis para 1.200 millones de personas que viven en 54 países, con solo 18 millones de inyecciones administradas.
"No es necesario vacunarlos a todos… hasta llegar a los adolescente… antes de enviar las vacunas a Covax”, dijo la filántropa Melinda Gates a Financial Times esta semana, en referencia al programa de vacunas respaldado por la OMS que ha tenido problemas para suministrar suficientes dosis a los países más pobres.
Andrew Pollard, investigador jefe de la vacuna Oxford/AstraZeneca que ha estado a la vanguardia de la estrategia en Reino Unido, cree que "todavía no hay un veredicto claro" sobre los posibles beneficios de la vacunación en niños. “La realidad es que tenemos muchos adultos en riesgo en todo el mundo que necesitan ser priorizados”, dijo.
A pesar de esos recelos, en varios países está tomando impulso la vacunación de niños mayores de doce años. Esto se debe en gran parte al deseo de alcanzar la "inmunidad colectiva" que evitaría la transmisión masiva y permitiría que la vida vuelva a la normalidad.
“Los niños se contagian y… puede desarrollar una enfermedad grave”, dijo Inci Yildirim, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Yale. "No se pueden dejar focos de poblaciones no vacunadas o menos vacunadas si se desea lograr una inmunidad colectiva rápida y sostenible", dijo.
Robert Frenck, investigador principal de los ensayos en menores de doce años de la vacuna BioNTech/Pfizer en el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, dijo que espera que los niños mayores de doce años sean inoculados en EEUU "antes de que las escuelas vuelvan a abrir" en septiembre.
En Reino Unido, el servicio nacional de salud ha estado elaborando planes de contingencia para vacunar a los niños de secundaria, aunque el gobierno destaca que todavía no se ha tomado una decisión. Pfizer ha solicitado la aprobación del regulador europeo para usar su vacuna en niños mayores de doce años.
Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África, dijo que a la mayoría de los países africanos les gustaría vacunar a sus jóvenes si tuvieran acceso a suficientes dosis.
Con una edad media para el continente de 19 años, sería necesario inmunizar a millones de niños en África para alcanzar el 60% de la población que es el mínimo para la inmunidad colectiva. "Incluso si las personas más jóvenes no se enferman gravemente, pueden transmitir el virus", dijo Moeti.
Pfizer está buscando la aprobación regulatoria de EEUU para usar su vacuna en menores de 16 años, y se espera una decisión en los próximos días.
Stéphane Bancel, director ejecutivo de la farmacéutica Moderna, dijo que los datos sobre sus ensayos de vacunas en jóvenes de doce a 17 años se enviarán "entre fines de la primavera (boreal) y principios del verano". Los ensayos en niños de la cohorte más joven, incluidos los bebés, arrojarían datos "hacia fines de este año", agregó. Pfizer también está probando su inyección en grupos más jóvenes.
Preocupaciones por seguridad
Las farmacéuticas insisten en que la seguridad infantil es primordial. Todos sus estudios siguen un método de "disminución de la edad, aumento de la dosis" que proporciona pequeñas cantidades a los participantes mayores primero. Y se evalúan antes de administrarles dosis cada vez más altas. En el ensayo de Pfizer, se administra una dosis de 10 mg para probar la tolerabilidad. Luego se aumenta a 20 mg y luego a 30 mg.
Sin embargo, ese trabajo puede estar plagado de desafíos. El equipo que desarrolló la vacuna de Oxford/AstraZeneca ha detenido los ensayos con niños mientras los reguladores investigan la prevalencia de coágulos de sangre relacionados con la vacuna y que afectan particularmente a los jóvenes.
Desde hace mucho tiempo se sabe que los jóvenes pueden experimentar los efectos secundarios de las vacunas de forma más aguda porque su sistema inmunológico es más activo.
“Los niños no son pequeños adultos. Su respuesta inmunológica varía y madura a medida que crecen”, dijo Yildirim, quien dirige el estudio de Yale sobre la vacuna Moderna en menores de doce años.
A pesar de las preocupaciones éticas, muchos creen que el patógeno que puso al mundo de rodillas nunca será derrotado sin una campaña de vacunación global que incluya a los niños.
"Mientras el virus continúe circulando, existe el riesgo de que se desarrollen nuevas variantes", dijo Kawsar Talaat, profesor asistente de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg. "Así que necesitamos vacunar a la mayor cantidad de personas en todo el mundo".