La Organización Mundial del Comercio
(OMC) condenó hoy a Estados Unidos y Canadá por las sanciones que
ambos imponen a ciertas exportaciones europeas, en represalia por la
prohibición de la Unión Europea (UE) de importar vacuno tratado con
hormonas de crecimiento, indicaron hoy fuentes comunitarias.
Según una decisión de expertos de la organización divulgada hoy,
Washington y Ottawa están imponiendo en ese caso aranceles que
violan las normas del comercio internacional, por lo que la UE pide
ahora que tales medidas sean levantadas.
Bruselas justificó su prohibición de importar vacuno tratado con
hormonas en el resultado de investigaciones científicas que han
corroborado que el consumo de esa carne presenta "riesgos
inaceptables".
La UE había modificado anteriormente sus medidas con respecto al
vacuno con hormonas en respuesta a las críticas de Canadá y EEUU,
pero éstos consideraron insuficientes los cambios y decidieron
mantener sus sanciones comerciales.
Sin embargo, la UE reconoce que el dictamen de la OMC también
señala que la nueva directiva comunitaria sobre hormonas no se
ajusta aún al Acuerdo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de ese
organismo.
Tal posición es rechazada por Bruselas -según el texto emitido
por la UE- debido a que el grupo de expertos encargados de esta
cuestión "explícitamente ha dicho que no tiene jurisdicción para
juzgar" en ese ámbito.
Además, subraya que aún cuando la OMC mantiene ese desacuerdo con
la UE, ello no cambia el hecho de que "EEUU y Canadá están aplicando
sanciones ilegales", las que se elevan a unos 74 millones y 7
millones de euros, respectivamente.
El caso se remonta a 1998, cuando por primera vez la OMC autorizó
a esos dos últimos países a subir sus aranceles para una lista de
productos provenientes de la UE, en castigo por la prohibición de
este último de utilizar hormonas que estimulan el crecimiento sin
haber basarse en evaluaciones científicas.
La UE actualizó su medida tres años después en base, esta vez, a
información científica, que evidenciaba que una de las seis hormonas
en cuestión provoca cáncer y causa daño a los genes.
En los otros cinco casos se evocó el principio de cautela debido
a que también existía evidencia de un potencial daño a la salud
humana.
La posición de la UE respecto al uso de hormonas y a la carne
tratada con ellas se remonta al inicio de los años ochenta.