Obama en frenética carrera para evitar el “abismo fiscal”
Hoy sostendrá el primer encuentro con las cuatro principales figuras del Congreso estadounidense.
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Por Constanza Morales H.
Unos agitados diez días ha tenido el presidente Barack Obama tras haber logrado la reelección el martes 6 de noviembre. Tan sólo tres días después de haber obtenido un segundo mandato, Obama se dirigió al país para abordar el asunto del “abismo fiscal”, una combinación de alza de impuestos y recortes en el gasto que entrarán en vigor el 1 de enero si es que la Casa Blanca y el Congreso no llegan a un acuerdo.
El martes 13 de noviembre, el mandatario recibió a los principales líderes sindicales y agrupaciones progresistas para conversar sobre este tema. Al día siguiente el demócrata se reunió con el sector empresarial, representado por doce ejecutivos de compañías como General Electric, Ford, IBM, American Express, Chevron y Dow.
Para hoy se espera que Obama sostenga el primero de, probablemente, varios encuentros con las cuatro principales figuras del Congreso: los demócratas Nancy Pelosi, líder de la minoría de la Cámara de Representantes, y Harry Reid, líder de la mayoría en el Senado; y los republicanos John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, y Mitch McConnell, líder de la minoría del Senado.
Mayores impuestos
Una de las principales propuestas del presidente Obama respecto del abismo fiscal es suprimir los recortes para los más ricos y aumentar el tope imponible de remuneraciones de este grupo. Con estas medidas, el gobierno federal recaudaría US$ 1,6 billón (millón de millones) más en la próxima década, cifra que duplica la suma que el presidente de la Cámara de Representantes ofreció a Obama el año pasado en las negociaciones para recortar el déficit.
El miércoles, en su primera conferencia en ocho meses, el mandatario sugirió aumentar los ingresos en dos etapas: la primera corresponde a la eliminación de los beneficios fiscales para el segmento más adinerado de Estados Unidos y la mantención de las exenciones para el 98% de los hogares. Obama declaró que “la mitad del peligro para nuestra economía es eliminada con este simple paso”.
La segunda parte consiste en que los legisladores adopten un marco para lograr ahorros adicionales en 2013 a través de la revisión de las leyes tributarias y la reestructuración de los programas de salud. El demócrata comentó estar “ansioso” por simplificar el código tributario y por trabajar con los republicanos en un “acuerdo integral” para reducir el déficit.
Abierto a ceder
En los últimos meses, el presidente Obama había insistido en elevar la tasa máxima imponible de remuneraciones desde el 35% actual —fijada en el gobierno de George W. Bush— a 39,6%. Sin embargo, en el encuentro con la prensa, el mandatario dijo estar “abierto a nuevas ideas” respecto de este punto.
Obama rechazó rotundamente mantener la tasa en 35%, pero, según informó el Washington Post, algunos demócratas cercanos al pensamiento de la Casa Blanca dijeron que está dispuesto a fijar la tasa en entre 37% y 38%, siempre y cuando la carga tributaria total de las familias que ganan más de US$ 250 mil aumente.
Además, desechó la propuesta de los republicanos de establecer un límite a las deducciones del interés hipotecario, de las donaciones y otros gastos a cambio de extender las exenciones tributarias para los más ricos.
Los republicanos, por su parte, han ofrecido aceptar el plan para captar nuevos ingresos, pero sólo si los demócratas acuerdan restringir el gasto en los programas de salud y de jubilación y reescribir el código tributario con el fin de incluso reducir el tope máximo de 35%.