Theresa May probablemente anuncie detalles de sus planes para el Brexit para los servicios financieros y otros sectores clave de la economía británica en las próximas semanas, para reasegurar a los líderes de negocios y parlamentarios que su estrategia de salida de la Unión Europea está tomando forma.
El fallo, la semana pasada, de la Alta Corte de Justicia, contra el plan del gobierno de gatillar el Brexit sin una votación parlamentaria puso nueva presión sobre la primera ministra para que revelara su trato “a la medida”, ad portas del lanzamiento de las negociaciones formales en Bruselas que comenzará luego de que el Reino Unido dé inicio al proceso de dos años de salida del bloque.
La primera ministra ya había estado planeando detallar sus objetivos amplios –incluyendo a partes sensibles de la economía, como la City de Londres– antes de Navidad, previo a invocar el Artículo 50 en la primavera de 2017.
El plan aún está en movimiento, según los aliados de May, pero los oficiales que preparan la estrategia de negociación del Brexit dicen que la apelación del gobierno a la Corte Suprema en diciembre podría desordenar el calendario.
Las diferentes opciones para dar más detalles sobre el plan del Brexit se discuten en el Ejecutivo, donde un consejero dice que “puede haber algo de mérito en decir un poco después de Navidad”. Habría un foco en objetivos amplios, en vez de detalles.
David Davis, el ministro para el Brexit, y Philip Hammond, el canciller, habrían resuelto sus diferencias, según líderes de la banca, y están trabajando juntos para defender los intereses europeos de la City.
La tarea es vista por algunos en el sector financiero como urgente. Anthony Browne, líder de la Asociación de Banqueros Británicos, dijo el mes pasado que los bancos podrían comenzar a mover sus operaciones fuera de Londres en cosa de semanas.
“Sus manos están cercanas al botón de la relocalización”, señaló. “Muchos bancos pequeños planean comenzar la mudanza antes de Navidad; los más grandes la comenzarían en el primer trimestre del próximo año”.
Las líneas principales de la estrategia del gobierno para la City ya está tomando forma, en base al punto de partida de que el Reino Unido saldrá del mercado único y que los bancos y aseguradoras perderán los derechos de “pasaporte” que les permiten ofrecer sus servicios en toda la UE.
William Hauge, ex secretario de Relaciones Exteriores, dijo la semana pasada que algunos en la City prefieren no quedarse en el mercado único tras el Brexit, porque tras ello el Reino Unido se convertiría en un “obedecedor de reglas” de la UE, sin influencia sobre esas normas.
El Reino Unido, en cambio, buscará un acuerdo “híbrido” que irá más allá de las reglas de “equivalencia” actuales en el bloque, que extienden derechos limitados a las jurisdicciones que no son parte de la UE, como EEUU y Suiza, donde la regulación se considera equivalente.
Los ministros dicen que las reglas de equivalencia no funcionarían para el Reino Unido porque son ejecutadas por la Comisión Europea y pueden revocarse con aviso breve a discreción de Bruselas.