Corea del Sur se sumergió en la modalidad electoral ayer, un día después de que la deshonrada ex presidenta Park Geun-hye abandonara la presidencial Casa Azul en Seúl.
Su baja decretada por el máximo tribunal el viernes ha puesto en marcha el ciclo electoral presidencial, con la votación agendada para el 9 de mayo.
La carrera probablemente sería dominada por Moon Jae-in, un ex abogado de derechos humanos del opositor Partido Democrático, quién prometió revisar el despliegue del escudo anti misiles estadounidense que está generando crecientes tensiones con China.
Mientras tanto, el partido gobernante de Corea del Sur, Libertad, que fue el bastión del conservadurismo nacional por años, se encuentra sin líder y desorganizado.
Las elecciones llegan en un momento crítico para el país, con muchos ciudadanos creyendo que el voto de desconfianza para Park por presunta corrupción y tráfico de influencias pavimentará el camino para las reformas en una nación sumergida en la corrupción.
Al abandonar la residencia presidencial el domingo por la noche, Park eligió un tono desafiante en su primera declaración pública tras el veredicto del impeachment, diciendo que “la verdad seguramente será desenterrada”.
Desde su casa privada en Gangnam, el próspero distrito de Seúl, está ahora esperando su probable procesamiento.
El favorito
Mientras tanto, ayer, Moon se enfocó en la tasa de desempleo del país, prometiendo crear 1,3 millones de nuevos empleos. La desocupación en aumento y el crecimiento ralentizado han alarmado al país, con los políticos de todos los espectros luciendo sus credenciales económicas.
Mientras tanto, el mayor obstáculo para un triunfo de Moon puede estar dentro de su propio partido. En las primarias deberá enfrentar a principios del próximo mes a Ahn Hee-jung, el gobernador de provincia de Chungcheong del Sur.