Los mercados financieros reaccionaron con entusiasmo cuando una nueva administración favorable a los negocios declaró con orgullo este año que Argentina estaba "de regreso" después de doce años de gobierno populista. En un mundo donde el retorno sobre los activos se encuentra a niveles mínimos históricos, Argentina ha ofrecido una canasta de deuda de alta rentabilidad.
En un impresionante voto de confianza, los inversionistas extranjeros se han enfocado en los bonos en moneda local a largo plazo, aprovechando la subida de las tasas de interés destinada a reducir la inflación que es de alrededor de 25%.
Pero algunas empresas locales temen que las tasas de interés a 26,75% también están demorando la recuperación de una contracción económica de hasta 2% este año, mientras el presidente Mauricio Macri intenta reactivar la traumatizada economía que heredó de la administración anterior.
Mucho depende de la recuperación de la economía real de Argentina. La exuberancia de los inversionistas extranjeros está ayudando a financiar la transición, pero un repunte de la actividad mucho antes de las elecciones legislativas de mitad de período de octubre de próximo año es fundamental para la sobrevivencia del proyecto de Macri — el presidente de centro-derecha — diseñado para continuar abriendo y restableciendo la competitividad de la economía.
Aunque muchos analistas sostienen que la economía tocó fondo en el tercer trimestre, las últimas cifras arrojan dudas sobre la velocidad de la recuperación, pues la producción industrial en septiembre cayó 7,3% interanual a causa de la debilidad de la demanda interna y las menores exportaciones a Brasil.
A pesar de todos los dólares que inundan la economía — las reservas del banco central aumentaron recientemente por encima de los US$ 40 mil millones, cuando hace menos de un año muchos temían que Argentina estaba al borde de una crisis de balanza de pagos — es poco probable que esto se traduzca en un auge de crédito local que pueda alimentar el crecimiento económico hasta que la inflación esté controlada.
Aunque los analistas predicen que los préstamos pendientes se triplicarán en los próximos cuatro años, Facundo Gómez Minujín de JPMorgan en Buenos Aires dice que la inflación tendrá que ser de un solo dígito antes de que el crédito pueda despegar realmente, lo cual tomará al menos otro año. Aunque las grandes compañías pueden obtener préstamos en el extranjero, esa opción no está abierta a las PYME, que representan alrededor de 80% del empleo.
No obstante, el gobierno está apostándole a la inversión privada para impulsar el crecimiento económico. Aunque los inversionistas se han precipitado hacia los instrumentos financieros — lo cual ha fortalecido el peso argentino en más de 10% en términos reales desde una fuerte devaluación en diciembre después de que se eliminaron los controles de divisas — las inversiones en la economía real han sido lentas hasta el momento.
Los emisores soberanos han recaudado más de US$ 40 mil millones de deuda en lo que va de este año, pero apenas US$ 2 mil millones han entrado a Argentina en forma de inversión extranjera directa. Eso contrasta con unos US$ 53 mil millones en anuncios de inversión que el gobierno dice se invertirán en 2019, principalmente en materia de energía, minería e infraestructura.
Quizás la señal más fuerte del interés de los inversionistas extranjeros directos fue en una subasta de energía renovable, con contratos a 20 años valuados en US$ 1.800 millones adjudicados el mes pasado.
Gabriel Goldschmidt, director de infraestructura para Latinoamérica de International Finance Corporation, dijo que el éxito de la subasta — antes de la aprobación por parte del congreso esta semana de una importante ley de asociación público-privada — fue "extraordinaria".
Por ahora, los extranjeros parecen estar más optimistas sobre las perspectivas económicas de Argentina que los propios argentinos. "Eso debe cambiar", dice Gómez. "Es importante que los argentinos le apuesten a su país". Él cree que unos US$60 mil millones de los US$ 400 mil millones que los argentinos mantienen en cuentas en el extranjero podrían repatriarse mediante una amnistía fiscal en curso, lo cual daría "una señal muy importante".
"Argentina va a despegar", dice Carlos Rosso, presidente de Related Condominium Development, con sede en Miami, que ha vendido 80% de un proyecto residencial de lujo de US$ 100 millones en el barrio costero de Puerto Madero, en Buenos Aires. "Pero va a tomar tiempo".