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¿Cuánto dolor está dispuesto a soportar Beijing con tal de enseñarle una lección a Evergrande?

El gobierno chino quiere demostrar que hará cumplir las restricciones al endeudamiento, pero con un aporte del 29% del PIB, el colapso del sector inmobiliario agravaría la desaceleración de la economía postpandemia.

Por: Financial Times, traducido por Renato García. | Publicado: Lunes 20 de septiembre de 2021 a las 13:01 hrs.
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James Kynge

Cuando las burbujas de activos estallan, la crisis suele seguir un guion familiar. Los especuladores se exceden y los precios suben demasiado antes de que la ley de la gravedad financiera se imponga con un "pop". Solo entonces los gobiernos consideran intervenir para proteger el interés público o salvar a una empresa que es demasiado grande para quebrar.

Pero la crisis cada vez más profunda que rodea a la china Evergrande, la empresa inmobiliaria más endeudada del mundo, sigue una narrativa diferente.

Fueron las restricciones de Beijing sobre el sector inmobiliario las que agravaron los problemas de Evergrande. La ansiedad que sienten la empresa, sus acreedores y los inversionistas del mercado de valores no disminuirá hasta que Beijing decida que se ha alcanzado un cierto umbral de dolor.

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"Los inversionistas... están preguntando con justa razón dónde se ubica el umbral de dolor de Beijing, en términos de la desaceleración del crecimiento económico, que haría que las autoridades revirtieran el rumbo y flexibilicen los controles de la industria inmobiliaria", dijo Logan Wright, director de la consultora basada en Hong Kong, Rhodium Group. "Ese punto de inflexión en la política aún está lejos", agregó. "Es más probable que Beijing espere a que se materialicen las señales de estrés financiero, en lugar de actuar de forma preventiva".

Evergrande, que tiene más de US$ 300 mil millones en obligaciones con sus acreedores y 778 proyectos en curso en 223 ciudades, está sufriendo una paliza. Sus acciones que cotizan en Hong Kong cayeron hasta 18,9% hoy lunes a su menor nivel en aproximadamente una década. La agencia Fitch redujo drásticamente la calificación crediticia de los bonos de la compañía y advirtió que algún tipo de incumplimiento ahora "parece probable".

Pero surgen algunas preguntas importantes. ¿Podrá la compañía cumplir con los pagos de intereses de US$ 129 millones sobre sus bonos que vencen este mes o los US$ 850 millones que vencen durante el resto de este año? ¿Deberían priorizarse los pagos a los tenedores de bonos por sobre los adeudados en "productos de gestión de patrimonio" en poder de decenas de miles de especuladores chinos, a menudo de bajos ingresos?

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Un ejemplo para el sector

Por supuesto, Beijing, que ejerce total influencia sobre un sector bancario que es casi en su totalidad de propiedad estatal, puede emitir una orden en cualquier momento para rescatar a Evergrande.

Pero la mayoría de los analistas creen que quiere mantener la presión. Ha decidido convertir a Evergrande en un ejemplo para dejar claro a otros desarrolladores inmobiliarios que se toma muy en serio las “tres líneas rojas” establecidas el año pasado para reducir los niveles de deuda en el sector y frenar una sobreoferta crónica de espacio residencial.

Sin embargo, está igualmente claro que no puede ir demasiado lejos. Con un sector inmobiliario que aporta 29% del Producto Interno Bruto, cualquier aniquilación de Evergrande perjudicaría a todo el sector y retrasaría la recuperación del crecimiento económico posterior a la pandemia.

Por lo tanto, Beijing está inmerso en un ejercicio sumamente delicado. Necesita infligir suficiente dolor para demostrar que habla en serio, pero no tanto que deje moribundo uno de los motores más importantes del crecimiento económico.

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