CEO de Enel señala a la UE por políticas que desencadenaron la dependencia del gas importado
Francesco Starace instó a los estados miembros a cambiar rápidamente a otras fuentes de energía para romper los lazos con Rusia.
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Por Silvia Sciorilli Borrelli
Milán
El jefe de la segunda empresa de servicios públicos más grande del mundo ha atacado la política energética de la Unión Europea, diciendo que el bloque debió haber abordado “agresivamente” su dependencia del gas importado hace mucho tiempo.
Francesco Starace, CEO de Enel de Italia, instó a los estados miembros a cambiar rápidamente a otras fuentes de energía para romper los lazos con Rusia, luego de que la decisión de Vladimir Putin de facturar el suministro en rublos aumentara las tensiones por la guerra en Ucrania.
“Este es el turno de Rusia, pero no olvidemos lo que sucedió en Libia hace 10 años”, dijo Francesco Starace. “De dónde viene el gas a Europa es un problema”.
El presidente ruso firmó un decreto la semana pasada exigiendo que las naciones consideradas “hostiles” paguen las entregas de gas en rublos a partir de abril, utilizando una cuenta en moneda rusa en Gazprombank, o se enfrentarán a una interrupción del suministro.
Starace, quien ha estado desde 2014 al frente de Enel, firma controlada por el Estado, dijo que las naciones europeas deberían haber comenzado a preocuparse por su dependencia energética de terceros países hace años.
“Este es el turno de Rusia, pero no olvidemos lo que sucedió en Libia hace 10 años”, agregó. “De dónde viene el gas a Europa es un problema”.
Dijo que la UE debería haber gestionado su “dependencia de los combustibles fósiles; es decir, el gas, de una manera mejor y más agresiva”.|
Romper vínculos físicos
Starace instó a las naciones europeas a liberarse de los “vínculos físicos” con otras naciones mediante la construcción de plantas de regasificación y el arrendamiento de plantas flotantes para procesar gas natural licuado transportado por mar, lo que les permitiría diversificar los suministros y cortar los lazos con los gasoductos fijos.
También les pidió que aceleren la transición a otras fuentes de energía, incluidas las renovables, aunque reconoció que esto no se puede hacer de la noche a la mañana.
“Quemar gas para generar electricidad es una estupidez total (...) tanto desde el punto de vista económico como ambiental, el gas es precioso y debe usarse donde sea insustituible”, dijo Starace.
“Por supuesto, estas cosas requieren algo de tiempo, por lo que se deben hacer las cosas en orden de importancia”, agregó. “Y claramente primero tienes que sobrevivir y luego tratar de reducir tu dependencia”.
Enel, que tiene una capitalización de 62.000 millones de euros (US$ 68 mil millones) y es uno de los mayores productores de energía renovable del mundo, tiene previsto dejar de utilizar combustibles fósiles para generar electricidad en 2040.
Firmó un acuerdo con la Comisión Europea la semana pasada para aumentar la producción de paneles solares en Sicilia dentro del marco del Fondo de Innovación de la UE.
El bloque espera aumentar su capacidad de energías renovables a 600 teravatios hora para 2030, un cronograma que ha sido criticado por empresas y políticos de toda Europa debido al impacto potencial en los empleos y al aumento de los costos vinculados a la transición.
Pero para Starace, “el costo es cuando compras gasolina, la quemas y se acaba (...) Cuando pones tu dinero en algo que permanece en tus manos y sigue produciendo energía, eso es una inversión”.
Relación con Rusia
El gas, en su mayoría ruso, representa el 40% de la combinación de generación de electricidad de Italia.
Starace insistió en que “no estaba demonizando a Rusia”, diciendo que el problema sería el mismo con “cualquier otro lugar”.
Enel tiene una exposición de 300 millones de euros a Rusia, donde emplea a 1.500 personas en sus tres grandes centrales termoeléctricas de ciclo combinado que utilizan gas para producir electricidad para la red doméstica y proporcionar calefacción a tres grandes ciudades.
Starace formó parte de un grupo de directores ejecutivos que enervaron al Ejecutivo de Roma en enero al asistir a una videoconferencia con Putin para discutir la expansión de los lazos comerciales entre los países.
Dijo que no esperaba “este tipo de escalada” en ese momento y que Enel estaba pensando en abandonar el país. “Si podemos vender (a una parte rusa), saldremos”, agregó.
“De lo contrario, creo que será muy difícil continuar de todos modos, para garantizar el funcionamiento de estas unidades de manera adecuada”.
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