El secretario del Tesoro de
Estados Unidos, Henry Paulson, anunció hoy un plan que daría un vuelco profundo
al marco regulador de su país, que data de la Gran Depresión de
1929.
Paulson
hizo el anuncio oficial en la
llamada Sala del Dinero del Departamento del Tesoro, aunque
los aspectos principales de la propuesta ya se filtraron a la prensa durante el
fin de semana.
"Nuestra
estructura reguladora actual no fue establecida para lidiar con el sistema
financiero moderno", dijo Paulson.
"Gran
parte de nuestro sistema regulador actual fue creado tras la Gran Depresión y
fue desarrollado como reacción, creando entidades reguladoras como respuesta a
innovaciones de mercado o a problemas en los mercados", añadió.
La
revisión del sistema, plasmada en un informe de 218 páginas, fue iniciada en
marzo del año pasado, en vísperas de la aparición de los primeros signos de
graves problemas en los mercados, que aún no se han resuelto.
Paulson
enfatizó que la propuesta, que requiere aprobación por parte del Congreso,
"no debe ni será" puesta en marcha antes de que se solventen las
dificultades actuales y ha dicho que será una tarea de muchos años, con lo que
pasará a las manos de quien gane las elecciones presidenciales en noviembre.
El
plan contempla eliminar o fundir una sopa de acrónimos de agencias reguladoras
bajo la dirección de tres entidades.
En
lugar de regular a las instituciones financieras de acuerdo con su tipo, esas
entidades seguirán tres objetivos respectivos: vigilar la estabilidad de los
mercados, ocuparse de la salud financiera de los bancos y garantizar la
protección a los consumidores e inversores.
La Reserva Federal se encargará de la primera tarea,
con el nuevo poder de investigar las cuentas de los bancos de inversión, fondos
de riesgo, compañías de seguros y cualquier otra institución que amenace la
estabilidad del sistema financiero.
Las
otras dos entidades reguladoras serán de nueva creación. Paulson también
propuso establecer una comisión federal que vigile la forma en que los bancos
otorgan hipotecas, un negocio que actualmente está regulado casi íntegramente
por las autoridades estatales.
En
el apogeo del boom inmobiliario, los bancos extendieron préstamos a personas
que claramente no podían permitírselos, con la expectativa de que los precios
de la vivienda seguirían subiendo y podrían vender la casa posteriormente.
Por
ello, no es una sorpresa que la caída del valor de las casas también haya
traído un salto en la morosidad y los desahucios.
Además,
el secretario del Tesoro sugirió fundir la Comisión del Mercado de Valores, la
agencia principal que regula a las empresas de Wall Street, con la Comisión del
Mercado de Futuros de Materias Primas.