Taiwán tensa su relación con China al presentarse en la investidura de Trump
Es un "ardid publicitario que busca desestabilizar las relaciones" entre Pekín y Washington, dijo hoy la portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores.
- T+
- T-
Las autoridades taiwanesas han vuelto a tensar la relación con el régimen chino al enviar una delegación a la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, encabezada por el antiguo primer ministro Yu Shyi-Kun.
La representación taiwanesa en Washington es un "ardid publicitario que busca desestabilizar las relaciones" entre Pekín y Washington, dijo hoy la portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores Hua Chunying, que expresó su "enérgico rechazo".
Hua aseguró que el gobierno estadounidense no ha tenido nada que ver en este asunto y criticó la decisión tomada por Taiwán de forma unilateral.
"El gobierno estadounidense ha repetido en diversas ocasiones que sólo invitó a diplomáticos extranjeros que trabajan en Washington a la investidura", mantuvo.
"No ha invitado o animado a ningún país o región a enviar delegaciones", añadió la portavoz, para quien "algunas fuerzas" políticas en Taiwán "han aprovechado" el momento para minar los lazos entre EEUU y China.
El miércoles, el gobierno chino pidió al estadounidense que no permitiera que representantes de Taiwán asistieran a la investidura hoy de Trump, poco después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores taiwanés asegurara que enviaría una delegación liderada por Yu Shyi-Kun, junto a legisladores del parlamento isleño y un asesor de seguridad nacional.
Taiwán, que mantiene aspiraciones independentistas, es uno de los puntos de fricción entre Trump y China desde que el presidente electo aceptara en diciembre una llamada telefónica de la presidenta taiwanesa, Tsai Ying-wen, en lo que supuso el primer contacto de alto nivel entre la isla y EEUU en 40 años.
Aquella llamada tensó la relación de Taiwán con Pekín y fue el comienzo de una disputa que aún persiste con Trump, que ha dejado en el aire si reconocerá que existe "una sola China", un principio que el régimen chino impone como base de su relación con otros países y por el que se descarta que Taiwán sea un Estado independiente.