Mario Draghi fue bautizado como "súper Mario", luego de que su promesa de 2012 de hacer lo que fuera necesario para salvar al euro" devolviera la fe a los mercados. Ayer, el presidente del Banco Central Europeo dio un paso histórico al lanzar un programa de alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) mayor al esperado, en su último esfuerzo por alejar el fantasma de la deflación y alentar el crecimiento de la zona euro.
De esta forma Draghi sigue la senda iniciada antes por la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón.
La entidad "decidió lanzar un programa expandido de compra de activos, abarcando los existentes programas de compras de títulos respaldados por activos y bonos cubiertos", decía el comunicado. Las compras combinadas de títulos públicos y privados ascenderán a 60 mil millones de euros
(US$ 68.886 millones) al mes, por sobre la estimación de 50 mil millones de euros. Esto implica que el balance se ampliará en 1,1 billón (millón de millones) de euros (US$ 1,3 billón).
Según Société Générale, las compras actuales son cercanas a 13 mil millones de euros al mes, por lo que las compras adicionales representan 47 mil millones de euros mensuales.
En marzo, el Eurosistema comenzará a adquirir títulos con grado de inversión denominados en euro emitidos por los gobiernos y las agencias de la zona euro y las instituciones europeas en el mercado secundario en proporción a la base del capital del BCE, es decir, se comprará más deuda de las mayores economías.
Se espera que las compras se lleven a cabo hasta septiembre de 2016, aunque "en cualquier caso serán realizadas hasta que veamos un ajuste sostenido en el camino de inflación que sea consistente con nuestra meta de lograr tasas de inflación por debajo, pero cercanas a 2% en el mediano plazo".
El BCE no poseerá más de 33% de la deuda de un emisor y no comprará más de 25% de una emisión.
Reparto de riesgos
El banquero central debió aceptar ciertas concesiones para lograr el mayor apoyo posible. Respecto al reparto de pérdidas hipotéticas, los miembros decidieron "que las compras de títulos de instituciones europeas –que serán 12% de las compras adicionales de activos y que serán adquiridas por los bancos centrales nacionales– estarán sujetas al reparto de pérdidas", puntualizó. El BCE poseerá 8% de las nuevas compras, lo que "implica que 20% de las compras adicionales estarán sujetas a un régimen de reparto de riesgo". El 80% restante de las potenciales pérdidas caerá sobre los bancos nacionales.
Las restricciones buscan calmar las inquietudes, particularmente en Alemania, respecto de que la entidad está ayudando a naciones poco competitivas que no han hecho lo suficiente por reactivar sus economías.
"Tomamos en cuenta esas preocupaciones y por eso esta decisión mitigará esas preocupaciones", manifestó.
Buen recibimiento
Tras el anuncio, las acciones europeas tocaron máximos de siete años, los rendimientos de los bonos declinaron y el euro cayó a su mínimo desde 2003.
El índice Stoxx Europe 600 avanzó hasta su nivel más alto desde diciembre de 2007. Los retornos de los bonos de Alemania, España e Italia tocaron nuevos mínimos por la mayor demanda y el euro bajó hasta
US$ 1,1364, su mínimo desde septiembre de 2003.
"La gente estaba esperando más y ellos obtuvieron más", comentó a Bloomberg Stephen Macklow-Smith, jefe de estrategia de acciones europeas de JPMorgan Asset Management. "Esto empujará a los inversionistas hacia activos de mayores rendimientos. Draghi fue cuidadoso en no excluir la opción de extender el programa si la inflación sigue por debajo de la meta", añadió.
Una visión similar expresó James Gorman, director ejecutivo de Morgan Stanley. "Este es un primer paso muy importante y necesario".
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, aplaudió las medidas y declaró que la expansión del balance ayudará a rebajar el costo de financiamiento, elevar las expectativas de inflación y reducir el riesgo de una prolongado baja inflación".
La autoridad advirtió que es fundamental que esto sea acompañado por reformas estructurales, punto compartido por la canciller alemana Angela Merkel.
Pese a las celebraciones, Capital Economics sigue escéptico. "El QE no curará milagrosamente todos los problemas" de la región, escribió en una nota Jonathan Loynes, economista jefe para Europa de la consultora.
Puntos clave del programa
Compra de bonos: El BCE adquirirá 60 mil millones de euros al mes, divididos en activos públicos y privados. El balance aumentará en 1,1 billón de euros.
Tipo de activos: Las compras incluirán deuda soberana, títulos respaldados por activos y bonos cubiertos. No considera bonos corporativos.
Extensión: El programa comenzará en marzo y se prolongará hasta septiembre de 2016. Si a dicha fecha la inflación no ha regresado a la meta por debajo, pero cerca de 2%, la entidad continuaría las compras.
Posesiones: El instituto no adquirirá más de 25% de una emisión y no poseerá más de 33% de la deuda de un emisor.
Reparto de riesgo: Un 20% de las nuevas compras estará sujeto a un régimen de reparto de riesgo. El 80% restante de las potenciales pérdidas caerá sobre los bancos centrales nacionales.
Decisión: La determinación de comenzar el programa ahora no fue unánime. Hubo consenso sobre que el reparto de riesgo fuese de 20%.
Grecia: Draghi no descartó comprar bonos griegos, pero el país debe cumplir ciertos criterios.