El referendo que se realizará en dos meses en Escocia para decidir si el país se independiza del Reino Unido no sólo marcará el futuro de ambas naciones.
El evento del 18 de septiembre será seguido de cerca por otras regiones europeas que también buscan escindirse de sus Estados para poder tomar sus propias decisiones sin depender de un gobierno central.
De ganar el sí en Escocia, la Unión Europea se verá obligada a discutir la nueva realidad de Edimburgo, lo que podría allanar el camino para que zonas como Cataluña, el País Vasco, Flandes y Véneto también sigan adelante con sus deseos independentistas.
Flandes: dividir Bélgica en dos
La historia de Bélgica ha estado marcada por la lucha entre los ciudadanos de habla francesa, que viven principalmente en la región sureña de Valonia, y la población mayoritaria de habla flamenca, que habita en la zona norteña de Flandes.
Esta área no sólo contiene a la mayoría de los ciudadanos belgas, sino que también es responsable de 57% de la producción nacional.
Esta supremacía económica ha sido una de las razones del surgimiento de diversos partidos flamencos que abogan por la división del país en dos.
En las elecciones parlamentarias de mayo, el partido de centro derecha N-VA (Nueva Alianza Flamenca) logró un tercio de los votos de la región, lo que complicó la formación de un nuevo gobierno. Dicha agrupación ha propuesto transformar a Bélgica en una confederación de regiones separadas lingüísticamente, dándole más poder a los gobiernos regionales.
Las discusiones sobre una mayor autonomía en 2010 impidieron que hubiera gobierno durante 18 meses.
Escocia: lucha por el crudo
En las elecciones parlamentarias de 2011, el Partido Nacional Escocés ganó la mayoría de los escaños con la promesa de celebrar un referendo sobre la independencia del país antes de que termine su mandato en 2016.
Escocia es el segundo país más grande del Reino Unido, detrás de Inglaterra, y representa un poco más de 8% de la población total.
Uno de los puntos que ha marcado el debate es el petróleo y el gas del Mar del Norte. Esta región suministró 67% de la demanda de crudo del Reino Unido en 2012 y 53% del consumo de gas. Si los ingresos de estas industrias son incluidos en las cifras de producción, el PIB per cápita escocés sería de 26.424 libras esterlinas (US$ 45.300), superior a las 22.336 libras esterlinas para todo el Reino Unido. Si esos ingresos no son considerados, casi no hay diferencias.
Los escoceses están bastante divididos sobre el futuro que quieren para su país, según las encuestas de opinión.
Cataluña: motor español
Si bien la idea de que la Comunidad Autónoma española de Cataluña sea un Estado independiente no es nueva, esta postura ha logrado un renovado apoyo luego de la crisis de deuda.
Con sus 7,4 millones de habitantes, este territorio del noreste de la Península Ibérica es el motor de España con un PIB de 192.544 millones de euros en 2013, es decir, casi 19% de la cuarta mayor economía de la zona euro.
La producción per cápita se ubica 17% por encima del promedio de la Unión Europea, mientras que España en su conjunto está 5% por debajo del promedio.
Los defensores de la independencia reclaman que Cataluña tiene una sobrecarga de impuestos y que está subrepresentada. Según el presidente catalán Artur Mas, la región transfiere al gobierno central ingresos tributarios equivalentes a 8% del PIB cada año.
La región celebrará un plebiscito el 9 de noviembre, hecho que es rechazado por la administración de Mariano Rajoy, que lo ha catalogado de inconstitucional.
País Vasco: seguir en la UE
Durante muchos años, hablar del movimiento separatista vasco era sinónimo del grupo terrorista ETA. Sin embargo, restringir el foco a esta agrupación significaría ignorar las voces que están a favor de lograr la independencia, pero a través de medios pacíficos.
Como en otros casos, existen diversas vertientes: mientras algunos sólo quieren más autonomía, otros demandan total independencia de España argumentando que la cultura euskadi difiere drásticamente de la española.
El último Euskobarómetro, un estudio elaborado semestralmente por la Universidad del País Vasco, reveló que 59% de los vascos está a favor de que se lleve a cabo un referendo sobre una posible independencia. El sí ganaría con un estrecho margen, pero éste se convertiría en no si es que dicho resultado implicara la salida de la Unión Europea.
En la presentación de su programa legislativo en abril de 2013, el gobierno vasco encabezado por Íñigo Urkullu incluyó realizar una consulta popular el próximo año.
Véneto: no más ayuda a Roma
Entre el 16 y el 21 de marzo, más de dos millones de votantes de la región de Véneto participaron en una consulta en línea para decidir si es que una de las áreas más prósperas de Italia se escindía de dicha nación. De acuerdo a los organizadores, 89% de los electores respaldó la independencia, pero el plebiscito digital no fue reconocido por las autoridades italianas y además era no vinculante, por lo que no tendrá ninguna consecuencia.
Si bien el Producto Interno Bruto de la zona aún no ha vuelto a los niveles previos a la crisis, el territorio representa casi 10% del PIB nacional. Sin embargo, de los siete euros que paga en impuestos, este territorio del norte recibe sólo cinco euros de los servicios gubernamentales.
Los defensores de la causa separatista aseguran que la independencia podría darle a la zona hasta 20 mil millones de euros en ingresos que no irían a Roma y que el potencial Estado de Véneto se ubicaría séptimo en términos de PIB per cápita entre los Estados europeos.