Un euro más fuerte constituye un riesgo para la sostenibilidad de la recuperación económica de la zona euro, dijo ayer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien subrayó que no tiene planes de dejar su cargo en el banco.
Draghi reiteró su postura de que el tipo de cambio no se encuentra dentro de las metas de política monetaria del BCE, pero dijo que de todas formas se trata de un factor importante para las expectativas de inflación del bloque.
“Ciertamente, la apreciación que hemos visto desde mediados del 2012 tuvo impacto sobre la estabilidad de los precios”, dijo Draghi a la comisión de asuntos económicos y monetarios del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
añadió.
El BCE ha enfrentado presiones del Gobierno francés para que deprecie el euro, dado que su fortaleza lastima a las exportaciones del bloque.
La máxima autoridad monetaria añadió que “el progreso logrado por la consolidación fiscal y las reformas estructurales, al igual que las ganancias en la renta real disponible, proveerán estímulos positivos al crecimiento en los próximos dos años” y llamó a los gobiernos a no bloquear los esfuerzos para controlar el gasto y el déficit.